Alma Solís
asolis@noticiasdepanama.com
La agencia Fitch Ratings confirmó este miércoles la calificación de riesgo soberano de Panamá en ‘BB+’ con perspectiva estable, al destacar una combinación de fortalezas macroeconómicas y presiones persistentes en las finanzas públicas.
Panamá como país continúa fuera del grado de inversión para Fitch, que lo retiró en marzo de 2024. Sin embargo, el país mantiene esa categoría ante las otras dos principales agencias, por lo que aún es considerado, en términos generales, como una economía con grado de inversión.
En su informe, Fitch señaló que el perfil del país continúa respaldado por un alto PIB per cápita, baja inflación y estabilidad macrofinanciera derivada de la dolarización, además de perspectivas de crecimiento apoyadas en las actividades logísticas y el rol estratégico del Canal de Panamá. Sin embargo, la agencia reiteró que persisten debilidades en gobernanza, limitada base de ingresos, mayor carga de deuda e intereses, dependencia del financiamiento externo y baja transparencia fiscal.
Fitch proyecta que el déficit del sector público no financiero cierre 2025 en 4% del PIB, dentro de la meta oficial y por debajo del 7.4% registrado en 2024. La reducción responde a la salida de pagos pendientes contabilizados el año pasado, la recuperación parcial de los ingresos del Canal y tributarios, y un beneficio estadístico derivado de la reforma a la CSS. Un menor nivel de inversión también contribuye al ajuste, aunque asociado en parte a aplazamientos de proyectos o pagos diferidos.
Para el gobierno central, la calificadora estima un déficit de 6.1% del PIB, por encima del 3% presupuestado. Esto se debe principalmente a una transferencia adicional de USD 966 millones a la CSS como resultado de la reforma, que no afecta el déficit del SPNF pero sí el del gobierno central.
La deuda pública también muestra un incremento. Fitch calcula que la deuda bruta cierre 2025 en 67.2% del PIB, frente a 62.5% en 2024, y que la deuda consolidada alcance 61.6%, superando la mediana de países con calificación ‘BB’. El indicador de intereses sobre ingresos llegaría a 18.8% en 2025, con tendencia al alza en los próximos años.
La agencia advirtió que los desafíos fiscales de mediano plazo permanecen. Para 2026 prevé una reducción más lenta del déficit del SPNF, acompañado por presiones de gasto en subsidios, mayor planilla pública y demanda de mejores servicios. También mencionó la ausencia de nuevas reformas tributarias y la dependencia de mejoras en la administración fiscal.
Fitch también subrayó las limitaciones de transparencia, al indicar que los presupuestos mantienen estimaciones optimistas, que las estadísticas de pasivos asociados a proyectos llave en mano no se actualizan desde marzo y que la publicación de datos fiscales pasó de mensual a trimestral.
En cuanto a la estrategia financiera, el informe indica que Panamá ha dependido de préstamos bancarios de corto plazo este año y se ha mantenido fuera de los mercados internacionales desde febrero de 2024. En total, ha asegurado alrededor de USD 5,300 millones en financiamientos en euros y francos suizos, con vencimientos de dos a tres años que elevan las obligaciones concentradas en 2027 y 2028 e introducen riesgos por denominación en moneda extranjera.
Fitch espera una recuperación del crecimiento a 3.8% en 2025, tras la caída a 2.7% en 2024 debido a la sequía que afectó el Canal y al cierre de la mina Cobre Panamá. Para 2026 y 2027 proyecta un crecimiento de 4%, impulsado por el portafolio de inversiones de más de USD 8,000 millones anunciado por la ACP, que incluye un gasoducto, dos puertos y el reservorio de Río Indio.
El informe también menciona la reforma de la CSS aprobada en marzo de 2025, la cual garantiza la solvencia del sistema, aunque con un alivio fiscal limitado tras descartarse el aumento de la edad de jubilación. Las protestas posteriores y el desgaste político podrían dificultar otras reformas estructurales, según la agencia.
Sobre la mina Cobre Panamá, Fitch señala que la auditoría ambiental debe concluir en el primer trimestre de 2026 y que, aunque el futuro del proyecto sigue incierto, crece el optimismo sobre una posible reapertura por vía ejecutiva. Según encuestas citadas, la mayoría aún se opone, aunque la percepción pública está cambiando al considerar el impacto económico de la operación.
La agencia prevé que el déficit de cuenta corriente pase de un superávit de 1.9% del PIB en 2024 a un déficit de 0.8% en 2025, y estima que la deuda externa neta alcanzará 49.7% del PIB, uno de los niveles más altos entre países con calificación ‘BB’.
Fitch mantuvo el techo país en ‘A+’, seis escalones por encima de la calificación soberana, al considerar que la dolarización ampliamente consolidada reduce los incentivos a imponer restricciones a las transferencias.
Entre los factores que podrían provocar una baja de calificación, la agencia citó un deterioro fiscal mayor al previsto, menor confianza en el crecimiento económico o mayor inestabilidad social. En el caso de una mejora, serían necesarios avances estructurales en consolidación fiscal y gobernanza.




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