Alma Solís
asolis@noticiasdepanama.com
En un país donde miles de personas dedican tiempo y esfuerzo a causas sociales, Panamá presentó por primera vez un instrumento capaz de medir, con datos concretos, cómo se manifiesta ese compromiso. El Índice de Compromiso Cívico, elaborado por la Fundación Voluntarios de Panamá a partir de una encuesta nacional, permite observar con mayor claridad cómo participan los panameños en sus comunidades, cuáles son las prácticas más comunes y qué retos persisten.
La herramienta llega justo cuando el país celebra el Día del Voluntariado 2025, una fecha que reconoce a quienes impulsan acciones solidarias y abre espacio para reflexionar sobre cómo ampliar esa participación.
El Índice evalúa nueve dimensiones que incluyen confianza interpersonal, vinculación
con grupos cívicos, donaciones, voluntariado y participación política. Los resultados confirman que el compromiso cívico aumenta con la edad, el nivel educativo y los ingresos, con la provincia de Panamá destacando por encima del resto del país. Para Carolina Freire, fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Voluntarios de Panamá, la herramienta no solo entrega datos: proporciona un punto de partida para decisiones públicas y privadas. “Las diferencias observadas reflejan desigualdades en las oportunidades de participar, pero también muestran el enorme potencial que tenemos como país”, señaló. Freire destaca un dato que considera fundamental: “El 79% de los panameños cree que sus acciones pueden mejorar la vida de otros. Ese sentido de eficacia colectiva es una base poderosa sobre la cual construir”.
La medición también confirma avances notorios. La participación electoral de 77.7% en 2024 es la más alta desde los noventa; cuatro de cada diez personas realizan donaciones y el voluntariado pasó de 20% en 2012 a 34% en 2023. A estas prácticas se suman expresiones emergentes, como el consumo responsable, adoptado por 34% de la población, especialmente entre millennials y la Generación X. La incidencia social también muestra matices generacionales: mientras la Generación Z se inclina por el activismo y la expresión en redes, los Boomers y la Generación X priorizan el voto y las donaciones.
El estudio revela, además, el rol articulador del voluntariado. Quienes participan como voluntarios tienen cinco veces más probabilidades de donar, duplican su participación en consumo responsable y muestran una mayor tendencia a pertenecer a organizaciones. Para Freire, esto responde a un proceso formativo: “El voluntariado es una escuela de ciudadanía. Cuando una persona decide participar, descubre su capacidad de transformar realidades. Esa experiencia genera propósito y pertenencia”. Incluso así, reconoce que persisten obstáculos concretos: falta de tiempo, transporte, información y la ausencia de invitaciones directas. “Aunque el 85% expresa interés en participar, solo un tercio lo logra. Esto nos habla de un desafío cultural: necesitamos que la participación sea accesible y visible”, agregó.
A partir de estos hallazgos, el estudio plantea recomendaciones para facilitar la participación y convertir barreras en oportunidades: flexibilizar horarios, mejorar la comunicación, fortalecer la transparencia en organizaciones, co-crear con las comunidades, promover educación cívica e impulsar iniciativas de liderazgo juvenil y servicio social. Para Freire, el mensaje central es claro: “La invitación es pasar del diagnóstico a la acción. Trabajar juntos para derribar barreras y fortalecer el compromiso cívico.”
La presentación del Índice coincidió con la celebración del Día del Voluntariado 2025, donde se reconoció a voluntarios individuales, corporativos y comunitarios por su contribución. En el acto, se anunció que 2026 será declarado Año Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo Sostenible por la Asamblea General de Naciones Unidas, un reconocimiento que subraya el valor del voluntariado para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La última década muestra avances concretos: la Ley 29 de 2014 que creó el CONAVOL, tres mediciones nacionales de voluntariado, plataformas como PonteenAlgo.com que conectan a voluntarios con más de 295 causas, movilizaciones como el Día de las Buenas Acciones que han reunido a más de 100,000 personas y el fortalecimiento del voluntariado corporativo. “Celebrar a nuestros voluntarios es reconocer que el 34% de la población participa activamente en acciones solidarias”, dijo Freire. Para ella, el Índice permitirá orientar esfuerzos y cerrar brechas: “Invertir en voluntariado es invertir en ciudadanía; es construir nación desde la acción y el corazón.”
El nuevo Índice ofrece al país una ruta clara: celebrar lo logrado, comprender lo que falta y acompañar con datos una participación que, aunque avanza, aún puede ampliarse. La herramienta marca un punto de partida para que más panameños encuentren caminos para involucrarse y para que las organizaciones puedan fortalecer el tejido social con mayor claridad y propósito.



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