Por Luis Alberto Morán A.
*El autor es economista y docente universitario.
Recientemente se conocieron las discrepancias entre productores de maíz y leche con el Ministerio de Educación (MEDUCA) ante la eliminación del vaso de leche, las galletas y cremas nutricionales que se distribuyen en las escuelas como parte de la merienda escolar, lo cual tiene un impacto negativo significativo dentro del dinamismo de la economía, principalmente en un sector clave como es el agro panameño.
En primer lugar, tenemos que considerar que la mayoría de los productores locales necesitan mercado, es decir, un espacio o plataforma para ofrecer sus productos. En este caso, un rubro nacional tan importante y nutritivo como es la leche. Cientos de familias dependen de esta actividad, y su consumo en las escuelas tiene un efecto multiplicador en la producción, en los empleos y, por supuesto, en los rendimientos educativos, así como en el combate a la desnutrición de niños y niñas del país.
Un dato importante es la cantidad de leche que se produce a nivel nacional, y cuánta es destinada a los estudiantes. A nivel país, se producen aproximadamente 85 millones de litros anuales de leche grado A. De ese volumen 12 millones de litros anuales va a la producción del vaso de leche. Esto para tener una magnitud del impacto de este rubro agropecuario.
Si tomamos en cuenta el caso del maíz, que también se afecta por esta medida, se pone en riesgo la producción de 150 mil a 200 mil quintales de este grano, lo cual amenaza el desarrollo de una actividad tradicional empleadora en nuestro país, principalmente en provincias centrales.
Cabe destacar que la reconversión de estas actividades no es tarea fácil, por lo que cuidar el tejido productivo y lograr mercados de comercialización son fundamentales. Poner en riesgo la producción local solo abre paso a las importaciones.
Dejar de incentivar la producción de leche – siendo un acuerdo público/ privado que viene desde la década del 90 – es contrario al objetivo de la economía, ya esta medida de eliminación pone en riesgo alrededor del 15% de la producción nacional, lo cual amenaza la permanencia en el sector y el relevo generacional en el campo.
En segundo lugar, en términos de nutrición, esta medida afecta a miles de estudiantes a nivel nacional, quienes se encuentran en un umbral de pobreza. Tenemos que comprender que en la medida que los niños y niñas cuenten con una mejor alimentación podrán lograr mejores rendimientos educativos, ayudando a elevar los niveles de competitividad, productividad y desarrollo en esta economía.
Cabe destacar que el vaso de leche beneficia a más de 340 mil estudiantes a nivel nacional, lo cual impacta negativamente a 700 escuelas aproximadamente en todo el territorio.
Una mala nutrición impacta negativamente en el rendimiento educativo y también en la salud mental de los estudiantes. Un vaso de leche contribuye a que el niño tenga más energía, mayor concentración y una memoria más activa, ya que es uno de los alimentos más completos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomienda un consumo de leche de 180 litros por persona al año, para lograr una nutrición saludable. Esto es fundamental para seguir cumpliendo con esta iniciativa de mantener el vaso de leche y las galletas en las escuelas a nivel nacional.
Si se deja de comprar a nivel local, mandamos señales incorrectas a la competitividad nacional en momentos en que Panamá necesita mayor dinamismo, recordando que el país tiene un crecimiento casi a la mitad de los años anteriores, proyectando 3.5% para este 2025. Necesitamos cuidar, proteger y mantener el tejido que forman emprendedores agropecuarios, pequeños y medianos productores, así como las empresas agropecuarias.
Los datos reflejan que esta medida pone en riesgo la producción de unas 550 fincas de nuestro país y más de 2,500 plazas de empleos directos, en momentos en que la economía no está generando empleos, ni trabajos formales, ni remunerados. Lo que ha estado creciendo en el último periodo, es la tasa de informalidad.
Los planes del MEDUCA de que los colegios preparen otro tipo de alimentos pueden ser perfectamente complementarios con un programa tan importante como la galleta y leche nutricional.Todos los actores deben buscar la mejor medida, ya que la eliminación de este componente social pone en riesgo la alimentación de niños y niñas, pero también afecta el sector agropecuario y la economía. Es necesario que nuestras autoridades promuevan un diálogo entre los sectores con el objetivo de cuidar nuestro tejido productivo. No se puede poner en riesgo la actividad productiva y los empleos en el campo, considerando que el interior del país depende primordialmente del primer sector de la economía.