Alma Solís
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La calificadora de riesgo Moodys emitió su informe de calificación sobre la deuda panameña y da un voto de confianza manteniendo la calificación en Baa3 pero cambia la perspectiva a negativa.
Moody’s Ratings (Moody’s) cambió hoy la perspectiva de las calificaciones del Gobierno de Panamá a negativa desde estable y afirmó las calificaciones de emisor y de deuda sénior no garantizada a largo plazo en Baa3, y las calificaciones sénior no garantizadas a largo plazo en (P)Baa3, indica el comunicado.
«La perspectiva negativa refleja un deterioro mayor al esperado del balance fiscal
en 2024 y obstáculos significativos para lograr una rápida consolidación fiscal que apuntan a riesgos de que la deuda soberana y las métricas de asequibilidad de la deuda se debiliten materialmente» dijeron.
Agrega que a pesar de la voluntad del nuevo gobierno de abordar los desafíos fiscales estructurales, como lo demuestra el debate en curso sobre la reforma de las pensiones, las rigideces presupuestarias subyacentes podrían limitar la capacidad de las autoridades para reducir materialmente los déficits fiscales y estabilizar los indicadores de deuda.
A su vez, esto afectaría la credibilidad de la política fiscal, contribuyendo a mayores costos de endeudamiento para el soberano que socavarían aún más la asequibilidad de la deuda. Los riesgos crediticios adicionales surgen de los pasivos contingentes asociados a la entidad de seguridad social (Caja de Seguro Social, CSS), así como de los litigios relacionados con la mina Cobre Panamá.
Explicaron que la afirmación de la calificación refleja su opinión de que la fortaleza económica de Panamá sigue respaldando el perfil crediticio del soberano, ya que esperan que el crecimiento económico se mantenga
fuerte en relación con sus pares.
También diejron que notaron una mayor voluntad del gobierno para promulgar políticas que aborden las presiones fiscales en comparación con las administraciones anteriores.
El documento también dice que aunque la dolarización impone restricciones a la formulación de políticas, reduce los riesgos de vulnerabilidad externa, lo que contribuye a la estabilidad macroeconómica general y limita los riesgos
de un deterioro brusco de los indicadores crediticios de Panamá.
«El techo de país en moneda extranjera de Panamá se ha fijado en A2. En el contexto de la dolarización total, Panamá no tiene un techo de país en moneda local. Al asignar una brecha de cuatro niveles entre el techo en moneda extranjera y las calificaciones soberanas, consideramos
que el gobierno de Panamá tiene una presencia relativamente baja en la economía y el sistema financiero. La previsibilidad y confiabilidad de las instituciones y las acciones gubernamentales son adecuadas y el riesgo político es moderado.» dice el texto.