Redacción
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El mundo está cambiando a pasos agigantados y esa velocidad transformadora es la gasolina que inflama la incertidumbre, la volatilidad y la ambigüedad a la que se enfrentan los negocios.
Frente a este panorama, del llamado mundo VUCA: Volatilidad, incertidumbre complejidad y ambigüedad (en inglés), los CEO han aprendido a liderar sus barcos en la noche con la ayuda de la tecnología, la participación de sus empleados y los consultores que los acompañan.
En un reciente especial de la revista Forbes, José Antonio Llorente, socio fundador y presidente de la consultoría de comunicación y asuntos públicos LLYC, cree que la figura de los máximos directivos está viviendo una transformación fundamental.
Llorente ve con claridad la naturaleza de esta transformación. “Los CEO son poderosos y vulnerables a la vez”, porque, si en el mundo de ayer, “los negocios y la cuenta de resultados eran el factor determinante”, ahora “los clientes, accionistas o empleados quieren líderes empresariales que sintonicen con las aspiraciones de la ciudadanía, que compartan su modelo social y sus prioridades y que lo demuestren en su día a día”.
Según Llorente, los CEO y las empresas que quieran ser reconocidos tienen que apostar por una comunicación exquisita de los motivos y acciones por los que creen que se merecen el reconocimiento. Ya no se pueden conformar con las viejas campañas de relaciones públicas repletas de palabras huecas, mensajes impactantes y eslóganes. “La comunicación hoy es integral, y debe ser consistente y sólida”, afirma.
En estos momentos, señala Llorente, “los ciudadanos decidimos qué pasa en nuestro mundo sometidos a una gama muy variada de inputs (incluido el de los medios de comunicación) que seleccionamos según nuestro criterio”, por eso destaca que “el proyecto que se proponga el CEO debe incluir la comunicación y sus consecuencias, y hay que entender de verdad que los comunicadores no redefinimos la realidad, sino que trabajamos con ella”.
Llorente manifiesta que si falla la comunicación, falla todo y en muchas ocasiones el CEO cae, porque es necesario reconstruir el edificio desde el principio, con un nuevo arquitecto. ¿Pero qué se necesita para diseñar un plan de comunicación excelente que realmente les sirva a los máximos ejecutivos de las empresas? El presidente de LLYC subraya el imperativo de rodearse de los mejores profesionales, pero siendo conscientes de que “requieren de más presupuesto y son más rotundos en sus planteamientos”.
El presidente de LLYC cree necesario que los CEO impliquen a los comunicadores desde el principio, porque los especialistas deben entrar en juego en el momento que se toman las decisiones, no después y para que sean eficaces, el máximo directivo deberá “escuchar y dejarse aconsejar…porque para qué quiere un CEO asesores si no sigue sus indicaciones”.
Advierte que es casi imposible que una consultoría de comunicación y asuntos públicos que no abrace con éxito la disrupción y la tecnología pueda asesorar con éxito a una empresa que necesita hacer lo mismo. En ese sentido señala el presidente de LLYC, “nuestras principales inversiones para el trienio futuro van a estar concentradas precisamente en la tecnología y para ello hemos reforzado nuestros equipos.
Puntualiza que “en tres años nada de lo que hacemos hoy será igual, porque la inteligencia artificial, la gestión y manejo de datos, el internet de las cosas, el blockchain y las innovaciones que aún no conocemos deberán formar parte de nuestras estrategias de comunicación y todos, empezando por el CEO, deberemos adaptarnos o quedarnos fuera de la carrera”.