Barbara Maigret
directora Global de Sostenibilidad y RSE de Fortinet
Este año, en el Día Internacional de la Mujer, se pide a los gobiernos, organizaciones e individuos de todo el mundo que ayuden a imaginar y crear un mundo con igualdad de género. Un mundo libre de prejuicios, estereotipos y discriminación. Un mundo diverso, equitativo e inclusivo. Un mundo en el que se valore y celebre la diferencia. Ese es el tema de este año: #BreakTheBias.
Uno de los sectores que lucha contra los prejuicios y los estereotipos de género es el de la ciberseguridad. Este campo juega un papel cada vez más crucial en nuestro mundo digital y, como resultado, ofrece muchas carreras y oportunidades profesionales satisfactorias. Sin embargo, todavía existen barreras significativas y percepciones erróneas que impulsan la creencia de que una carrera en ciberseguridad no es para mujeres.
Las mujeres están subrepresentadas en la ciberseguridad
Si bien las mujeres se han visto afectadas de manera desproporcionada por el desempleo impulsado por la pandemia (por ejemplo, una de cada cuatro mujeres reportó pérdida de empleo debido a la falta de apoyo para el cuidado infantil, el doble de la tasa de los hombres), el sector de la tecnología se vio menos afectado. Esto se debió principalmente a que están mejor preparados para pasar al trabajo a distancia y a los modelos de trabajo flexibles. Como resultado, según un informe de Deloitte Global, las grandes empresas tecnológicas globales lograron alcanzar «casi el 33% de representación femenina general en sus fuerzas de trabajo en 2022, algo más de dos puntos porcentuales por sobre el 2019».
La brecha de género es aún más amplia dentro de la industria de la ciberseguridad donde, según el (ISC)² Cybersecurity Workforce Study, las mujeres solo representan el 25% de la fuerza laboral global de ciberseguridad. Esta brecha ciertamente no se debe a que no haya trabajo. De acuerdo con ese mismo estudio, la industria de la ciberseguridad necesita urgentemente 2,72 millones de profesionales. Y aunque 700.000 profesionales de ciberseguridad ingresaron a la fuerza laboral en el último año, la brecha solo se redujo en 400.000, lo que indica que la demanda global continúa superando a la oferta. Por lo general, las mujeres no solicitan ni son contratadas para ocupar estos puestos.
Cinco pasos para crear una fuerza laboral de ciberseguridad más diversa e inclusiva
Dada la velocidad como la innovación digital está transformando las organizaciones (y los esfuerzos de los ciberdelincuentes para explotar esos esfuerzos de aceleración digital), ahora es el momento de romper nuestros estereotipos en la industria de ciberseguridad. Debemos trabajar juntos para eliminar el prejuicio de que la ciberseguridad es un campo específico para un género y cambiar la percepción de que es puramente una disciplina de ciencias de la computación. En ciberseguridad, la tecnología es solo una de las balas de plata necesarias para eliminar los ciberataques. Los tres elementos críticos de una estrategia de ciberseguridad efectiva son las personas, los productos y los procesos. Si continuamos reclutando a las mismas personas con el mismo género, los mismos antecedentes educativos, la misma perspectiva, es poco probable que desarrollemos estrategias que nos permitan adelantarnos a nuestros adversarios cibernéticos.
Para cambiar esta percepción y salir adelante de la crisis de cibercrimen que todos enfrentamos, debemos aportar más voces, perspectivas y diversidad a nuestros equipos de ciberseguridad. Aquí hay cinco principios básicos que debemos adoptar a medida que trabajamos para refinar nuestros equipos y estrategias de ciberseguridad:
- Destacar las contribuciones de las mujeres en ciberseguridad en nuestras aulas y negocios, identificar y promover modelos y ejemplos positivos, y alentar activamente diversas trayectorias profesionales, experiencias y funciones laborales para nuestras mujeres jóvenes.
- Alentar a las mujeres jóvenes a seguir títulos y carreras basadas en STEM a una edad temprana.
- Crear y/o formar parte de programas de tutoría a todos los niveles, empezando por las clases de tecnología básica en las escuelas primarias, que sirvan de modelo de éxito para las niñas y que continúen a lo largo de su educación superior y sus carreras profesionales.
- Implementar entornos de trabajo más inclusivos identificando y rompiendo los prejuicios en las prácticas de contratación, capacitando a todos los empleados (no solo a los ejecutivos) sobre la verdadera inclusión y haciendo que cada empleado se sienta involucrado, valorado y respetado.
- Eliminar las barreras promoviendo activamente a más mujeres al liderazgo en todos los niveles de la organización, comenzando con roles como líderes de proyectos, equipos y gerentes de primer nivel.
Este debe ser un compromiso que todos estemos dispuestos a asumir. En Fortinet reafirmamos nuestro compromiso de promover la diversidad de género, la equidad y la inclusión al ayudar a involucrar a más mujeres en el sector de la ciberseguridad a través de acciones concretas como las estrategias mencionadas anteriormente.
Reflexiones finales
La ciberseguridad juega un papel esencial en nuestra sociedad moderna. Sin embargo, una variedad de habilidades y experiencias deben unirse para garantizar el éxito de la industria cibernética. Y como con cualquier otra industria, la diversidad es crucial. Al crear una mayor conciencia sobre las diversas habilidades y antecedentes que requiere la ciberseguridad, podemos ayudar a reducir las brechas de género y habilidades mientras avanzamos en nuestra batalla contra nuestros adversarios cibernéticos.
La ciberseguridad ofrece muchas oportunidades profesionales satisfactorias para las mujeres. Debido a que la tecnología y las ciberamenazas continúan acelerándose, es una industria en constante evolución, lo que hace que el campo de la ciberseguridad sea muy estimulante intelectualmente. Y debido a que hay tantos puestos de trabajo abiertos, este sector también es atractivo financieramente. Pero unirse a la industria de la ciberseguridad también significa tener un impacto significativo en la sociedad. Vivimos en un mundo digital donde la protección de los datos y la privacidad individual se ha convertido en un problema crítico de sostenibilidad. Y como siempre, las mujeres juegan un papel vital para hacer esto posible.
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