Alma Solís
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En marzo de 2018 los accionistas de Banco Aliado se reunieron para analizar las perspectivas del negocio, mientras se vivían momentos en que la economía desaceleró su nivel de crecimiento y por otra parte estaban aumentando los costos regulatorios y administrativos.
La entidad panameña que fue fundada en 1992, por decisión propia se había mantenido en un nicho de mercado que más allá de conocerlo muy bien, lo dominaban: la banca corporativa y de empresas. Pero los tiempos cambiaron y sabían que era hora de crecer más y expandir sus horizontes. Y no solo en términos geográficos como lo habían hecho antes, debían buscar nuevas carteras y negocios.
Esto los llevó a discutir cuatro posibles escenarios: quedarse como estaban, venderse, fusionarse o comprar. La decisión fue tratar de lograr una fusión con un banco más pequeño o comprarlo, así fue como empezaron a buscar posibles candidatos.
“Banco Aliado empieza a analizar el mercado actual y llega a la conclusión que tiene que crecer o adquirir una escala más alta de la que en este momento tiene o de la que puede lograr por crecimiento orgánico propio. Eso se traduce en una fusión o adquisición por lo que empieza a ver alternativas” explicó a SNIP-Noticias Alexis Arjona, presidente ejecutivo de Banco Aliado.
Agregó que los bancos ahora tienen que hacer mayores esfuerzos para generar ganancias, existen más riesgos que mitigar en el negocio. También para la junta directiva y los ejecutivos, entre otros más. Los últimos cambios regulatorios de importancia han sido las nuevas normas contables como las NIIF 9. Todo esto se traduce en más costos, los que son mejor absorbidos por bancos con más cantidad de activos y de patrimonio.
Luego de algunos contactos con otras entidades, en septiembre de 2018 tocó a su puerta Banco Panamá, fundado en el 2008 como parte del grupo de entidades que surgieron luego de las fusiones que crearon los megabancos en la plaza y que querían atender esos clientes que preferían un banco más pequeño y cercano: así se concentraría en un nicho similar al de Banco Aliado.
Este grupo de bancos descubrió, en ese momento, que no era tan sencillo replicar el modelo de negocios porque las circunstancias habían cambiado y se fueron abriendo para atender otras carteras como la de consumo.
Banco Panamá tenía la misma necesidad de crecer. Como los reguladores y analistas habían pronosticado en los últimos años, los bancos más pequeños estarían obligados con el tiempo a crecer o fusionarse para sobrevivir, pero por su tamaño era mucho más probable fuera la entidad que sería comprada o fusionada.
Así inició el proceso, que califica Arjona como complejo, pero muy fluido. “Ellos tienen un banco muy bien organizado, rentable y con una muy buena imagen en el mercado, es por esto que digo que es la unión de dos negocios bancarios exitosos. Porque nosotros en el sector bancario tenemos esa misma imagen y que somos un banco que maneja transacciones de cierto tamaño de forma exitosa” afirmó.
La primera etapa terminó el 31 de mayo de 2019, cuando fue anunciado que ambas entidades habían firmado el contrato de promesa de fusión en la que Banco Aliado adquiere el 100% de las acciones de Banco Panamá por la suma de US$210 millones.
“Banco Panamá y Banco Aliado vieron la oportunidad de crear algo un poco más grande y de aumentar su escala, lo que les permitiría absorber los costos operativos de una forma más conveniente y holgada” indicó el banquero. “Lo que estamos tratando de hacer es una transacción basada en crecimiento y no en sinergias”, añadió.
Ahora solo queda esperar que la Superintendencia de Bancos de Panamá apruebe la compra y entre agosto o septiembre de este año quede cerrada la transacción e inicie el banco el proceso de integración.
Banco Aliado pone la mira en las carteras de personas
Los próximos pasos apuntan en dirección a consolidar el negocio e integrar ambos bancos. Pero en este momento su reto principal será la integración, que implica la retención de talento y de clientes.
“La mayoría del recurso humano de Banco Panamá es bienvenido” afirmó Arjona destacando que uno de los puntos favorables de la transacción es la calidad del recurso humanos que tiene Banco Panamá.
Son parte fundamental para la estrategia de ahora en adelante de Banco Aliado, que es hacer crecer esa cartera de personas manteniendo los parámetros y las estrategia que tenía la entidad comprada que incluya, por ejemplo, hipotecas residenciales y tarjeta de crédito.
Banco Panamá a pesar de tener un enfoque comercial al igual que Banco Aliado, cuenta también con una cartera de consumo un poco mayor. “Esa fue la parte más nos interesó, comprar la parte que no tenemos” enfatizó el banquero.
Un ejemplo: en marzo de 2019, Banco Aliado tenía una cartera hipotecaria de US$356 millones de los cuales el 93% es comercial, mientras que Banco Panamá cuenta con US$338 millones en financiamiento hipotecario de los cuales US$111 millones son residenciales (32%) y US$227 millones comercial (68%). (Ver recuadro Banco Aliado y banco Panamá en números)
La transacción también aumenta considerablemente el número de clientes. Banco Panamá maneja 1,300 millones en activos con casi 10 mil clientes, mientras que Banco Aliado maneja 2,700 millones en activos con 3 mil clientes. Ahora quedarán con mucho más clientes y mucho más diversificados de lo que estaban. Banco Aliado tiene tres sucursales, mientras que Banco Panamá siete.
Banco Aliado, al adquirir Banco Panamá, queda como el cuarto banco de capital panameño en el mercado con un total de más de US$4 mil millones en activos, US$400 millones de patrimonio neto y 10 sucursales que atienden cerca de 14 mil clientes.
Mercados internacionales
Continuar la expansión a los mercados circundantes también forma parte de los planes. El 25% de la cartera de Banco Aliado está hoy día ubicada en países de la región, sin concentración en ningún país en particular” manifestó su presidente ejecutivo.
Un porcentaje que puede crecer por la situación económica del país y de la Zona Libre de Colón que ha bajado el volumen de negocios. Hoy en día la zona franca panameña representa un 7% del negocio de Banco Aliado, antes era hasta el 15%. Mientras que los negocios internacionales representaban un 15% hoy en día son el 25% y esperan poder llevarlo hasta un 30% aproximadamente.
“Nosotros tenemos negocios con clientes directos en Colombia, Ecuador, Perú, República Dominicana, Honduras, Guatemala y en Costa Rica» dijo. Además cuentan con un equipo, del Departamento de Banca Corporativa que visita los mercados constantemente, no solo para buscar nuevos clientes, también para darle seguimiento a los que tienen y al mercado.
El ejecutivo tampoco descartó expandir sus negocio al interior del país. El Grupo cuenta con una oficina en David, Chiriquí que comparten la operación de seguros con la empresa Finacredit, lo que les ha permitido conocer ese mercado en el último año. “A lo mejor concluimos que David, Santiago y Chitré, son ciudades que nos pueden interesar porque existe una clase media importante” dijo Arjona.
En cuanto a las perspectivas a futuro, considera que las regulaciones y los gastos operativos van a seguir aumentando para la banca por lo cual podría esperarse otras fusiones en el mercado local.
Respecto al negocio dijo que hace algunos años cuando se vivieron crecimientos económicos más elevados se vivía un alto consumo financiado y créditos que empezaron a tener patrones diferentes, pero que el Panamá de ahora es el real, con el nivel de consumo real y “con eso tenemos que vivir”.
Mientras que en el tema de la economía considera que los próximos gobiernos de Panamá tienen que promover sectores que aún están incipientes, como el turismo.
“Deben enfocarse en algo que traiga dinero de afuera, para poder sostener un ritmo de crecimiento saludable, lo cual a su vez atraería más bancos o fortalecería a los que ya estamos” dijo Arjona.