Alma Solís
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La Superintendencia de Bancos de Panamá informó que al mes de marzo las utilidades del Centro Bancario Internacional (CBI), cayeron un 32%, al alcanzar la cifra de US$314 millones, un 32% menos que a la misma fecha de 2020. Mientras que los activos ascendieron a USD129,218.9 millones, lo que representa un aumento de 3.2% con respecto a marzo de 2020.
En lo referente a la cartera de crédito interna local al mes de marzo 2020, los bancos presentaron una disminución de 3.1% para alcanzar un saldo de USD54,038.
En el caso de las utilidades, este menor resultado se atribuye a una contracción importante en los ingresos obtenidos en banca de licencia internacional, al diferirse el pago de dividendos de parte de sus subsidiarias, una disminución de los ingresos por operaciones de -14.5%, y en menor medida por el aumento del gasto de provisiones en +7%, como consecuencia de la pandemia y la actualización de los modelos de pérdida esperada por parte de algunos bancos.
«La pandemia del Covid-19 y sus efectos sobre la economía ha tenido un impacto negativo sobre la capacidad de generación de ingresos por las entidades bancarias, como está sucediendo en muchos sectores de la economía afectados por la situación salud pública» explicó la entidad reguladora
Agregaron que la magnitud del impacto depende de la capacidad de cada banco para ganar eficiencia o implementar estrategias para administrar los efectos negativos esperados.
Destacaron que a pesar de los resultados adversos observados, los análisis de sensibilidad realizados por la SBP, muestran que no se ha afectado la solvencia y la liquidez del Sistema Bancario, ya que producto de regulaciones prudenciales impulsadas por el regulador, tanto las provisiones aplicadas a los créditos, como la exigencia de capital, han contribuido a que la banca se encuentre en una condición financiera estable en comparación con crisis anteriores.
El más reciente índice de adecuación de capital sobre activos ponderados por riesgo es de 15.9%, incluyendo requerimientos de capital por los riesgos de crédito, mercado y operacional en atención a Basilea III, lo que supera marcadamente el mínimo regulatorio de 8% que requiere la Ley Bancaria.
En el caso de la liquidez del Sistema Bancario alcanzó un 62.7%, superior al 30% establecido por la regulación.