Alma Solís
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En 2024, el Fondo de Ahorro de Panamá (FAP) cerró con un patrimonio preliminar de US$1,539 millones y una rentabilidad anual bruta de 7,12%, según el informe trimestral presentado por la entidad.
En el documento describen el desempeño del año pasado como que se logró navegar exitosamente a través de la incertidumbre macroeconómica y geopolítica, beneficiándose de las valoraciones resilientes de las acciones y la flexibilización monetaria en algunos mercados clave.
De acuerdo con Abdiel Santiago, secretario ejecutivo del FAP, la entidad registró un sólido desempeño en casi todas las clases de activos, con la excepción de la clase denominada “bonos indexados a inflación”. «El FAP registró un rendimiento particularmente sólido en el portafolio de acciones (18%), bonos de alto rendimiento (11,3%) y el programa de Alternativos (18,5%, calculado en base a tasa interna de retorno o TIR)», afirmó Santiago a SNIP Noticias. Esto, según él, refuerza la eficacia de la estrategia de inversión diversificada y a largo plazo del Fondo.
Santiago destacó que “en lugar de depender de una sola clase de activos, el FAP se centra en lograr el mayor rendimiento general posible manteniendo al mismo tiempo un perfil de riesgo prudente”. Esta estrategia le permitió superar su índice de referencia ponderado (benchmark), lo que subraya la solidez de su enfoque de inversión disciplinado.
A pesar del buen desempeño de 2024, las expectativas para 2025 son más inciertas, en particular para los activos de riesgo como las acciones y los bonos de alto rendimiento, debido a las persistentes presiones inflacionarias, las limitadas perspectivas de recortes de tasas, y los cambios geopolíticos que continúan afectando los mercados globales. Santiago explicó que “la mayor sensibilidad del mercado a los acontecimientos noticiosos podría impactar los rendimientos”.
No obstante, como inversor a largo plazo, el FAP sigue centrado en mantener un portafolio estratégico resiliente. «Anticipamos que nuestra asignación a nuestro programa de alternativos y a activos de corto plazo, ambos con baja correlación con los mercados públicos, podría proporcionar un amortiguador contra los posibles riesgos a la baja», concluyó Santiago.
El informe menciona que los aportes del Estado recibidos como pagarés por un total de US41,272 millones se registraron como aporte suscritos.
Sobre este punto el ejecutivo indicó que el impacto de los pagares es un impacto meramente contable porque todavía no han recibido el efectivo. «Lo que pasa es que de acuerdo a los pagarés de la forma que ese negoció ellos tienen una taza de 7.45% y se comienzan a acumular a partir de este año pero se añaden al capital. Es decir no se pagan pero se devengan y por eso se reflejan en los estados financieros como aporte de capital» explicó.