Alma Solís
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Este miércoles 3 de febrero , la calificadora de riesgo Fitch Ratings rebajó la nota de Panamá a ‘BBB-‘ debido al «severo debilitamiento de las finanzas públicas causadas a la perturbación económica causada por la pandemia de coronavirus, que ha exacerbado las tendencias fiscales subyacentes de debilitamiento anteriores a 2020».
El informe emitido por la calificadora señala que la contracción economica del país es la cuarta contracción económica más profunda en comparación con los soberanos calificados de Fitch (solo por encima de Macao, Maldivas y Líbano). Preven una caída de 17% para este año pero una recuperación 9.2% en 2021 seguido del 7.3% en 2022.
La empresa indicó que la contracción sin precedentes del PIB y la pérdida de ingresos del gobierno han provocado un aumento sustancial en deuda. Una relación ingresos / PIB baja y decreciente indica un espacio fiscal limitado para responder a los shocks económicos.
Igualmente dejaron la Perspectiva Negativa, lo que indicaría que se puede esperar una nueva rebaja. En este renglón explicaron que se debe a los riesgos para la trayectoria de la deuda pública y la incertidumbre de que se pueda lograr la senda de consolidación fiscal establecida en la Ley de Responsabilidad Fiscal revisada, dados los desafíos fiscales subyacentes.
«Una pandemia prolongada y retrasos en la distribución de las vacunas son los principales riesgos para la recuperación económica, que apuntalarán la consolidación fiscal en los próximos años» dijo Fitch en su informe.
Fitch estima que el déficit del Sector Público No Financiero (SPNF) de Panamá alcanzó el 9,6% del PIB en 2020, impulsado por una contracción de los ingresos del 23% en comparación con 2019. Los impuestos indirectos, incluidos los impuestos al consumo y las importaciones, fueron los más afectados, disminuyendo por 33.7% con relación a 2019. Los gastos disminuyeron 3.1% a partir del 3T20 (último disponible) en comparación con 2019.
Señalaron que el gobierno implementó un paquete de apoyo por un valor del 3% del PIB, que incluyó gastos relacionados con la salud, transferencias de ingresos a la población vulnerable y extensiones a plazos de pago de impuestos. Sin embargo, los gastos de capital disminuyeron debido a que las restricciones de movilidad retrasaron los proyectos de infraestructura pública.
El presupuesto de 2021 apunta a un déficit justo por encima del 7% del PIB, que Fitch cree que es alcanzable a la luz de la recuperación económica parcial. La reducción del déficit presupuestario se basará en los ingresos; El gobierno planea reasignar partidas de gastos en lugar de reducir el apoyo fiscal relacionado con la pandemia de 2020. La consolidación fiscal estructural más allá de 2021 enfrentará debilidades arraigadas y no esperamos que el gobierno alcance los objetivos fiscales en 2022.
El crecimiento de los ingresos del gobierno ha estado persistentemente por debajo del crecimiento de la actividad económica (los ingresos fueron del 18,4% del PIB en 2019 por debajo del 20% en 2014, a pesar del aumento de ingresos de la expansión del Canal de Panamá).
Fitch cree que la movilización de ingresos será un desafío. La inversión privada, el motor de crecimiento más dinámico, se beneficia de impuestos relativamente bajos, mientras que la tasa de IVA de Panamá del 7% se encuentra entre las más bajas de la región. La pérdida de ingresos del sector privado en 2020 y la menor rentabilidad este año afectarán la recaudación del impuesto sobre la renta, mientras que el aumento del desempleo afectará la recaudación de impuestos basada en el consumo.
Destacaron que el Canal de Panamá sigue siendo una fuente constante de ingresos a pesar de la pandemia, y que un cambio en la demanda global de servicios a bienes compensó la pérdida de tránsito a través del canal debido a la crisis económica mundial. El nuevo recargo por uso de agua también ayudó al cobro de peajes hasta 2020.
También mencionaron que la asamblea legislativa de Panamá aprobó cambios a su Ley de Responsabilidad Fiscal (LRSF) a fines de 2020, lo que marca el tercer año consecutivo en que se modifican los techos de déficit. El aumento de los techos de déficit se adapta al impacto fiscal de la pandemia, pero sigue a una década de posponer las metas de consolidación, lo que afectó la credibilidad de la política. La regla modificada tiene como objetivo una reducción gradual del déficit durante cinco años, estableciendo techos de déficit del SPNF entre el 9% y el 10,5% del PIB en 2020, el 7% y el 7,5% en 2021, el 4% en 2022, el 3% en 2023, el 2% en 2024 y 1,5% a partir de entonces.
Se espera que el PIB real se contraiga un 17,7% en 2020, según estimaciones de Fitch. Esto marca la cuarta contracción económica más profunda en comparación con los soberanos calificados de Fitch.
«Esto marca la cuarta contracción económica más profunda en comparación con los soberanos calificados de Fitch (solo por encima de Macao, Maldivas y Líbano), y más del doble de la estimación del 6,9% para la mediana actual de ‘BBB’. Las estrictas y prolongadas medidas de bloqueo de Panamá resultaron en una profunda reducción de la actividad económica» dice el informe.
Fitch espera que el crecimiento del PIB real alcance el 9.2% en 2021 seguido del 7.3% en 2022.