Alma Solís
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El pasado 3 de junio, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la consulta del Artículo IV con Panamá y este jueves 27 de junio dieron a conocer el informe sobre, que luego de reconocer algunos avances en la economía panameña pre y post pandemia esperan que la economía de Panamá se desacelere y las perspectivas son inciertas.
Advierten la necesidad de un plan «creíble» para el manejo de las finanzas y evitar rebajas en la calificación de riesgo, impulsar la productividad laboral.
Las estimaciones del FMI son menos optimistas que otros informes recientes que ven una mejora con la nueva administración de gobierno que entra el 1 de julio y que han aumentado los pronósticos de crecimientos y ven menso presión en la pérdida del grado de inversión.
«En medio de varios vientos en contra, se espera que la economía se desacelere y las perspectivas son inciertas. Se proyecta que el crecimiento del PIB disminuirá al 2,5% en 2024, en gran parte como resultado del cierre de la mina de cobre Cobre Panamá» dijo el organismo internacional.
Explican que la mina contribuyó, directa e indirectamente, alrededor del 5% del PIB de Panamá. Es probable que el crecimiento en el sector no minero también se desacelere, ya que la fuerte recuperación de la pandemia probablemente haya llegado a su fin y Panamá enfrenta mayores costos de financiamiento.
En noviembre de 2023 luego de semanas de protesta la corte suprema de justicia de Panamá declaro nulo el contrato entre Panamá y la empresa que administraba la mina, esto por segunda vez pero en la primera ocasión el falló llegó 10 años más tarde y la mina estaba en construcción, y así funcionó por años, hasta que se firmó un nuevo contrato en el 2023 cuando ya la mina de cobre estaba en operaciones.
De acuerdo con el FMI las perspectivas económicas a corto plazo están sujetas a un alto grado de incertidumbre y la balanza de riesgos se inclina a la baja.
Los riesgos claves que ven incluyen la pérdida del grado de inversión, un mayor malestar social, las consecuencias del fin de la producción de cobre (incluidos los procedimientos de arbitraje internacional) y riesgos externos.
Panamá cuenta con tres calificaciones de riesgo por parte de Fitch, Moodys y S&P. Fitch rebajó este anio la calificación de riesgo llegando a que Panamá perdiera el grado de inversión con esa empresa, pero aun lo mantiene con las otras dos, aunque ha bajado la calificación en los últimos anios y en Moodys está a una rebaja de perder también el grado de inversión. Ambas calificadoras han hecho advertencias sobre el deterioro de las finanzas públicas.
Mientras que a mediano plazo se espera que el PIB crezca alrededor del 4 por ciento, sujeto a una incertidumbre considerable, ya que es poco probable que la construcción y la inversión brinden el mismo apoyo que antes de la pandemia.
«Además, el margen para un aumento significativo de la relación empleo-población (que fue un importante motor del rápido crecimiento durante los años de auge) es limitado» dijeron.
El organismo reconoció que Panamá se ha recuperado con fuerza de la pandemia, pero se proyecta que el crecimiento en 2024 disminuirá y la balanza de riesgos se inclina a la baja acuerdo con la evaluación de la Junta Ejecutiva del FMI.
Panamá creció muy rápidamente en las dos décadas anteriores a la COVID-19, pero la pandemia la golpeó muy duramente. Entre 1994 y 2019, el PIB per cápita aumentó del 33 por ciento del PIB per cápita de EE. UU. al 48 por ciento.
El rápido crecimiento fue impulsado por un auge sin precedentes de la construcción y la inversión que incluyó importantes proyectos de construcción, como la ampliación del Canal de Panamá y el aeropuerto de Tocumen, y la expansión de los sectores de servicios y logística que se beneficiaron de esos proyectos.
indicaron que se vio un fuerte repunte pospandémico que continuó en 2023. Por tercer año consecutivo, el crecimiento del PIB real sorprendió al alza, alcanzando el 7,3% en 2023.
«El rápido crecimiento fue impulsado por un repunte en la construcción, el comercio minorista y mayorista, el transporte y logística. Desde el punto de vista del gasto, el crecimiento estuvo impulsado por información muy sólida sobre el capital fijo, mientras que el crecimiento del consumo privado fue inferior al del PIB.» dijeron
Destacaron que el déficit fiscal disminuyó del 10% del PIB en 2020 al 3,0% en 2023, en línea con el Plan Social y Ley de Responsabilidad Fiscal. Pero no dejaron escapar que esto se logró ayudado por fuentes de ingresos excepcionales.
Panamá salió de la lista gris del GAFI en noviembre de 2023.
«Cumplir el objetivo de déficit fiscal del 2,0 por ciento del PIB para 2024 requerirá una compresión excesivamente grande de la inversión pública. Un déficit fiscal del 4 por ciento del PIB en 2024 sería adecuado desde una perspectiva cíclica, evitando una compresión demasiado grande de la inversión y permitiendo un ajuste más gradual a la pérdida permanente de ingresos fiscales de Minera» dijo el FMI.
Indicaron que para garantizar que la deuda pública siga una firme tendencia a la baja, la estrategia de finanzas públicas para 2025 debe contener un plan plurianual de consolidación fiscal creíble para reducir el déficit al objetivo del SFRL del 1,5% del PIB para 2027.
«Sin un plan creíble, el riesgo de nuevas rebajas de calificación soberana es alto, lo que aumentaría los costos de financiamiento y exacerbaría una posible dinámica adversa de la deuda» afirmaron.
Las recomendaciones del organismo con que para que continúe la convergencia del ingreso, será necesario acelerar el crecimiento de la productividad laboral. La transición demográfica en gran medida ha seguido su curso y la participación de la fuerza laboral en Panamá ya supera el promedio de la región y de los países de altos ingresos. Seguir atrayendo Inversión Extranjera Directa, mejorar la calidad de la educación y la gobernanza y reducir la proporción de empleo informal serán claves para fomentar la productividad laboral y el crecimiento.