Alma Solís
Un debilitamiento en la fortalezas fiscales actual y a futuro es lo que está observando la calificadora de riesgo Moodys sobre Panamá, así lo dejó claro Renzo Merino, vicepresidente, analista senior de Moodys y líder del equipo encargado de la calificación del país canalero.
“Panamá va a perder fortaleza fiscal en adelante”…“Panamá en términos relativos se va a ver más débil, por el lado de las métricas fiscales” fueron algunas de las frases mencionadas por Merino, quien participó en una reunión de la Comisión de Asuntos Económicos y de Finanzas Nacionales de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede), en la que estuvo SNIP Noticias.
Y esto no se relaciona directamente con el conflicto actual con la mina de cobre, dejó claro que viene de algunos años atrás y que el comportamiento a futuro de la economía, la inversión que llegue al país y las decisiones que se tomen en especial en la próxima administración serán determinantes en una futura decisión de la calificadora.
Merino explicó que Panamá ha perdido fortaleza fiscal y se más débil fiscalmente que sus pares (países con la misma calificación) por una serie de temas como ciertas debilidades institucionales y de gobernanza, entre estos el aumento en las transferencias y la situación del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social.
“En cuanto a las presiones fiscales por el lado del gasto, lo que nosotros hemos notado en Moodys es que en los últimos años ha habido un aumento en lo que nosotros denominamos la rigidez de la estructura del gasto” dijo Renzo Merino.
Explicó que en los últimos años se ha dado un aumento en diferentes tipos de gasto corrientes, que vienen desplazando la capacidad del gobierno, por ejemplo, de invertir más y que también puede condicionar un poco el ajuste fiscal que se necesita para cumplir con las metas fiscales. Mencionó que los gastos de la planilla ha crecido más que incluso la economía y desde la pandemia del 2020 hubo un aumento en las transferencias y subsidios que da el gobierno a la población y estas han sido difíciles de reducir principalmente por temas sociales. “Lo vimos con las protestas de julio de 2022, no por el incremento de los precios” mencionó el calificador.
Los gastos más rígidos los intereses, las transferencias y los salarios a día de hoy representan más del 60% del gasto del gobierno central, mientras que hace una década era menos de 50%.
Y desde el 2015 esto ha sacrificado gastos de inversión para tratar de llegar a las metas fiscales.
Dentro de este debilitamiento fiscal, la calificadora ha observado con atención el peso de la carga de intereses frente a los ingresos ganando cada vez más terreno al igual que la dependencia cada vez más de los aportes del Canal de Panamá que representan un 25% de los ingresos del Gobierno Central.
Igualmente mencionó que ha aumentado el riesgo político en el país y que las respuestas ante algunos temas, que pesar que son conocidos desde hace un tiempo, no se han solucionado. Además en algunos no ven una voluntad o capacidad de parte de las autoridades de atender estas presiones sobre las cuentas.
“Por el lado de las instituciones y la gobernanza en el país, lo que hemos visto es esto a pesar de que todos estos temas fiscales ya son conocidos desde hace bastante tiempo, no hemos visto una respuesta por parte de las autoridades” indicó el representante de Moodys.
Panamá tiene con Moodys una calificación de Baa3 con perspectiva estable la cual fue puesta el pasado 31 de octubre cuando bajaron un peldaño, dejándolo al borde de lo que se conoce como el grado de inversión, pero con perspectiva estable.
Cambio de la calificación
Una de las razones por los que se da la baja de la calificación de Panamá es que desde octubre de 2022, cuando se puso la perspectiva negativa, la empresa vio que a pesar de la recuperación económica y lo que eso implicaba para las cuentas fiscales y los números de deuda del gobierno, veían que de manera subyacente habían algunas presiones fiscales, que persistían. “No veíamos una voluntad o capacidad de parte de las autoridades de atender estas presiones, y pensábamos de que si no cambiaban la situación, eso podría conllevar a que hay un impacto en los próximos años sobre las cuentas fiscales y la capacidad del gobierno sobre todo de cumplir con la regla fiscal” dijo Merino.
Igualmente influyó ciertas debilidades institucionales y de gobernanza en el caso de Panamá, como mencionamos arriba relacionadas a rigidez en la estructura del gasto.
Explicó que a pesar de esto decidieron dejar la calificación en baa3 con perspectiva estable porque se apoya en el escenario base que tenían en octubre, era uno donde creían que en el mediano plazo Panamá debería mantener un crecimiento en promedio de 4%. “Aquí sí es importante resaltar que la clave para este crecimiento es poder mantener los niveles de inversión que recibe el país” dijo.
Cabe aclarar que el escenario base sí contemplaba la posibilidad de que haya un incumplimiento en cuanto a las metas de las reglas fiscal. Ellos esperan que para este año el gobierno tenga un déficit por encima del 3% que es la meta fiscal y estén más o menos alrededor del 3,5%. Y para el próximo año también se está por encima de la meta del 2%.
Peso de los intereses de la deuda
De acuerdo con Merino un tema que les preocupa son los pagos intereses en adelante, (esto lo mencionó en varias oportunidades) porque prevén que van a consumir o representar más de los gastos totales del gobierno.
La deuda versus PIB ha bajado de un 60% a 55%, pero ellos están observando con más atención el incremento en la carga de intereses.
“Lo que implica es que vemos que Panamá va a perder fortaleza fiscal en adelante” dijo Merino mencionado que esto es un factor muy importante para Panamá respecto a otros países emergentes.
Reconoció como algo positivo la dolarización que sirve al país como escudo ante la volatilidad provocada por los tipos de cambios.
Sin embargo, dijo que Panamá se veía mucho más fuerte que sus pares por el lado fiscal de calificaciones y por eso habían subido las calificación Baa1, tres peldaños dentro de la inversión, pero a raíz del choque del 2020 decidieron bajar o devolver la calificación al nivel Baa2 porque Panamá ya no tenía esa fortaleza relativa. (Ahora está en Baa3)
Los intereses antes de la pandemia consumían menos del 10% de los ingresos del gobierno de cada año y para el 2023 ya es un 15%
Sobre el 2022 recordó la maniobra fiscal que hizo el gobierno para llegar a la meta. “En 2022 es un número que no muestra realmente lo que ocurría porque en el año 2022 el gobierno utilizó un swap para retrasar pagos de interés . Y de manera algo artificial se bajó el monto de pagos intereses” dijo.
La calificadora espera que haya un deterioro en lo que es la carga de intereses del gobierno y también que la fortaleza fiscal vaya a caer de acá hacia el 2024.
Ingresos tributarios
También ven presiones fiscales por el lado de los ingresos. “Lo que hemos visto es que los ingresos claramente no se han incrementado en línea con lo que con la dinámica que hemos visto en cuanto al gasto” afirmó.
En sí en los últimos años, esto ya es una tendencia que precedía a la pandemia, los ingresos tributarios del gobierno no han crecido al mismo ritmo del PIB en términos relativos.
Por otro lado, mencionó que están siendo realistas al presupuestarlos lo que provoca que tengan que hacer ajustes en el gasto. “Otro tema que también nos preocupa, es que los ingresos tributarios a veces tienen a estar sobreestimados en el presupuesto” dijo Merino.
En cuanto a la mayor dependencia de los ingresos provenientes del Canal dijo que en los últimos cuatro o cinco años el conjunto de las transferencias han representado más de un 25% de los ingresos del gobierno central. “Esto iba a caer un poco en el 2023, pero con las ventas de los terrenos al Canal por US$500 millones volvieron a ese porcentaje o más.
“ Además y este tema de la venta y cómo se abordó el cambio contrato minero para aumentar los ingresos por regalías, nos muestra ahí más viendo un uso de medidas puntuales para tratar de contener, esos estructurales que afectan las cuentas fiscales y no sea considerado quizás la posibilidad de hacer una reforma tributaria fiscal más más amplio”advirtió Merino.
Aumento del riesgo país
En el ambiente sociopolítico lo que dijo el calificador de Panamá es que ven que el riesgo político en el país ha aumentado, sobre todo por este tema de las gestiones sociales y que en adelante en especial para la próxima administración podría condicionar a cómo se van a realizar las políticas económicas. Se preguntan si se podrá considerar una reforma fiscal, cómo se podría abordar una reforma de pensiones? Cómo se podría ajustar el gasto por el lado de los subsidios.
CSS presionará las finanzas
Otro punto importante para ellos es la situación de la CSS. dijo que dado que no ha habido avances en cuanto a una propuesta de reforma desde la Caja de Seguro Social y el tema el IVM cabe la posibilidad de que cuando se acaben las reservas, que actualmente se espera que sea del año 2025, los gastos de transferencias y subsidios tengan que subir porque quizás una opción es que el Gobierno central tenga que hacer transferencias a la CSS para cubrir ese déficit.
Dejó claro que no tienen certidumbre respecto a qué medidas tomará el gobierno ahora o la próxima administración.
Conflicto con la Mina
En cuanto a la situación actual el calificador mencionó que cuando se hizo la reunión del Comité que decide la nota que dieron al país en octubre ellos no tomaron en cuenta las posibles regalías que la mina daría a Panamá por lo que se estaba viviendo.
En ese momento ellos veían a Panamá creciendo un 6% en el 2023, pero ahora están viendo este crecimiento como en 4% o 5%. dejaron claro que no tiene toda la información por la poca que existe.
“Esta semana una pregunta que no hacemos es» ¿representa esta decisión de la Corte el choque significativo? y la respuesta es sí, pero no” dijo Merino haciendo referencia a que si esto podría hacer bajar la calificación.
Explicó que ellos están viendo más a mediano y largo plazo la situación y que aún no tienen todas la respuestas.
“Nosotros lo que todavía queremos entender es, cuál va a ser el efecto, cuál va a ser el desarrollo de la posible clausura de la mina y lo que sí implicaría para la actividad económica próximo años y en el mediano plazo” precisó.
Además necesitan saber cuál sería la respuesta sobre todo en política fiscal para acomodar ya sea las cuentas del 2023 y del 2024, tomando en cuenta que no tendrán los ingresos de la mina.
Por el lado económico para Moodys más allá del impacto de corto plazo de las protestas y lo que puede implicar el cierre de las minas sobre el crecimiento del 2024, también será clave, cuál será el comportamiento de la inversión en los próximos años, más allá del 2024 y si Panamá logrará crecer un 4% en promedio.
“Por el momento no creemos que tengamos esa información” dijo y esto les limita los tiempo que tiene actualmente para tomar una nueva decisión.
Por el lado fiscal, ven que hay dos posibles caminos que podrían impactar en la fortalezas fiscal de Panamá, por un lado los efectos más inmediatos y que tan mayores serían los déficits en el 2023 y 2024, que es muy probablemente serán déficit más amplios y si esto conllevaría a que haya mayor endeudamiento y si es que eso también implicaría de que la carga de la deuda ya no esté estable o que vaya a caer los últimos años que pueda revertir esa tendencia y empezar a crecer en adelante.
Y un segundo camino que podría afectar la fortalezas fiscales es el tema del arbitraje anunciado por la empresa Minera Panamá y aunque saben que ese proceso tomará su tiempo, estarán viendo que Panamá puede tener que recompensar a la compañía y este un pago sustancial teniendo en cuenta los costos de construcción del proyecto y eso podría, de una vez aumentar algunas de la metricas del gobierno.
Qué se espera al futuro
Renzo Merino mencionó como situaciones que podrían llevar a un cambio en la calificación es que se de un deterioro aún mayor al esperado por ellos en cuanto a la fortaleza fiscal eso pues también podría poner presión a la baja y por último teniendo en cuenta el contexto político con las elecciones en mayo del próximo año y si luego de las elecciones no viesen la voluntad de afrontar los desafíos estructurales que han resaltado en el caso de Panamá por parte de la próxima administración.
EL PROXIMO GOBIERNO TIENE QUE TENER CLARA LA SITUACION
El presidente de Apede, Temístocles Rosas, dijo a SNIP Noticias que lo que pudieron ver después de escuchar el análisis de Renzo Merino es que el deterioro fiscal que está teniendo el país producto de un aumento de planillas, el aumenta en el gasto público por los subsidios y por los gastos establecidos en pandemia y a su vez una baja en la recaudaciones, están poniendo presión fiscal y están generando alarmas a las calificadoras de riego.
Rosas dijo que están viendo que el país no está revirtiendo esa corriente de seguir gastando y mantener un déficit fiscal alto, y que no hay perspectivas hasta el día de hoy, de que se pueda cumplir con la Ley de Responsabilidad Fiscal que establece un 3% para este año de déficit y 2% para el otro año.
Por otro lado, resaltó que no hay todavía una perspectiva clara de cómo se va a resolver el tema de la Caja de Seguro Social y que el Estado va a tener que salir a afrontar eso, que pone una carga muy pesada, lo que viene ahora a sumar el hecho de que la mina, que si bien no está contemplado dentro del presupuesto 2023 ni en el 2024, sí va a tener un impacto dentro de la economía panameña porque va a producir una contracción que más o menos 1.5% de crecimiento y va a disminuir la recaudaciones que pueda tener el Estado .
El presidente de Apede afirmó que hay eventos que pueden generar una disminución de la inversión extranjera directa, que también va a tener efectos económicos por lo que será interesante ver que se necesita cuanto antes más autoridad y más racionalidad en el gasto público y y buscar la manera de que se pueda mitigar una posible reducción del grado de inversión.
«El próximo gobierno tiene que tener clara la situación porque va a tener que iniciar una gestión con otro criterio distinto al que ha tenido el actual gobierno el actual administración» dijo Rosas.
Agregó que el presupuesto y el fisco necesitan mejorar, al oxigenarse a través de más ingresos donde no caben en este momento un aumento de impuestos, pero sí, una racionalización del gato y eso es algo que van a tener que verse ahora en con las personas que que aspiran a la Presidencia de la República para que tengan muy claro, cuál es el escenario y las condiciones de las finanzas públicas con las que van a recibir el Estado el primero de julio» afirmó Rosas.