OPINIÓN
Luis Intriago
Analista Marítimo
Con la llegada del Covid-19 el entorno mundial cambió en muchos aspectos, incluyendo la actividad comercial la cual se ha visto alterada de una forma nunca vista. Sin embargo, aún estamos sin tener una clara idea sobre cómo el comercio continuará transformándose en los próximos años.
En Panamá el impacto exigió romper paradigmas en la gestión comercial como, por ejemplo, los conocimientos de embarques (B/L). A través de los años, a pesar de múltiples intentos por transformarlos e implementarlos, fueron pocas las empresas que lograron establecer avances relevantes con la función primordial de este documento para el comercio internacional. Y de repente, en el medio de la época del Covid-19, la situación nos obligó a convertir los B/L en electrónicos. Se eliminaron ciertos documentos físicos, algunos documentos transaccionales en papel desaparecieron y con ellos se minimizó el uso de sellos, se reemplazaron las firmas reales por virtuales, los pagos migraron de hacerse con cheques o dinero en efectivo a transferencias ACH y otros procesos documentarios se convirtieron en alternativas virtuales.
Estos cambios, sin una adecuación o transformación completa, no necesariamente cuentan con un respaldo legal cónsono con su función y necesitan además blindaje en su componente sistemático para disminuir el riesgo de ocurrencia de actos fraudulentos. Es importante indicar que no existe un consenso entre todos los participantes de la cadena de suministros en lo relativo a estas variantes de lo que podemos denominar comercio electrónico. En una visión generalizada, la agilidad con que estos procesos fueron ajustados e implementados y las ausencias pendientes por atender, los hace muy vulnerables. ¡Lo notable y verdaderamente importante es que se dio un paso gigante hacia adelante!
Para enrumbar a Panamá con dirección al éxito es importante que todos los participantes nos sentemos a revisar los cambios que en el comercio internacional nos impactan e identifiquemos qué otros se están dando que requieren adecuaciones adicionales a los procesos involucrados. Es determinante definir el camino sobre el que debemos andar para ajustar la Estrategia Logística Nacional (ELN) de forma tal que estemos preparados para ofrecer lo que demandarán nuestros clientes pos Covid-19. Un mundo comercial nuevo se abre y estamos urgidos a identificar las nuevas necesidades de los clientes; no es una tarea fácil, es un trabajo de seguimiento y evaluación de día a día, se requiere dedicación y compromiso, pero sobre todo se requiere del trabajo colaborativo de cada integrante de la cadena de suministros. La situación que nos afecta actualmente nos obliga a reinventarnos y para lograrlo debemos tener claro hacia dónde queremos ir.
Sobre la marcha vemos los cambios, algunos mencionados en este artículo, y entendemos la trascendencia de que la data que está resultando se recoja y se evalúe. Se están generando grandes bloques de información de las actividades comerciales que realizan los integrantes (grandes y pequeños) de las cadenas de suministros, pero no está siendo analizada, no de forma integral y no en la profundidad que la convierte en información de valor para el país. Para definir la oferta de Panamá para los próximos años es necesario entender la nueva demanda y para lograrlo debemos analizar la data de los puertos y aeropuertos, de aduanas, de Zona Libre de Colón, de los empresarios, del MICI, de la Micro/Mediana/Pequeña empresas, del Canal, y otros datos provenientes de las industrias involucradas directa o indirectamente en las cadenas de suministros locales e internacionales. Esta información en conjunto con un correcto análisis nos ayudará a determinar y ajustar la estrategia logística de Panamá, que luego del Covid-19 requiere un pronto replanteamiento.
Vienen más cambios importantes, entre ellos el aumento del desempleo, que ya está ocurriendo de forma radical, una situación que seguirá agravándose y que los expertos señalan que producto de esta se generarán muchos empleos informales. En este nuevo escenario estos deben ser tomados en consideración, pero no solo ellos, sino todos. Todos los involucrados deben estar representados en este análisis. Es importante entender que los eslabones de la cadena de suministros están conformados por grandes empresas, pero también por micros, pequeñas y medianas empresas que en conjunto forjan estos eslabones. La ausencia de estas, fractura el eslabón correspondiente por lo tanto, se pierde la fortaleza monolítica del todo, una condición determinante para el liderazgo regional e internacional de la oferta Panamá.
Sin lugar a equivocarme, la ventaja de ayer en la logística global aún nos favorece: ¡nuestra inigualable posición geográfica! Estamos frente a cambios en la logística mundial, unos ya han ocurrido otros se darán. Uno de estos considera acercar los centros de producción a los centros de consumo y eso puede fortalecer nuestra oferta, solo si nos preparamos y sabemos aprovecharla. Nos respalda además un importante conglomerado logístico-marítimo-portuario que bien gestionado y adaptado a las actuales circunstancias nos permitiría captar algunas de estas oportunidades.
Las cadenas de suministros requieren hoy más que nunca que sus integrantes se unan, como sugerimos, en un trabajo colaborativo para analizar la data señalada y lograr así generar información de valor para toda la industria. El entorno comercial seguirá cambiando en los próximos meses y años, lo que nos obligará a un constante monitoreo, flexibilización y adecuación de los sistemas, esta forma de organizarnos será la única manera de capitalizar estas oportunidades.
Por último, pero no menos importante, requerimos incrementar la interacción y comunicación entre las entidades del gobierno y la empresa privada, ¡Nos urge una mejora en la comunicación! Nuestra reacción en este escenario como país, debe ser ágil, y así deben ser las respuestas y apoyo entre estos dos importantes componentes del comercio. Somos un país chico y esa condición debiera facilitarnos estar en constante comunicación, prácticamente todos nos conocemos.
El tiempo en esta tarea es determinante, los vecinos competidores ya están planteando sus estrategias. Panamá tiene fortalezas inigualables. Somos tantos los afectados, pero muchos más los potenciales beneficiados bajo esta propuesta. ¡No permitamos, en ninguna circunstancia, que regresemos a la vieja normalidad! ¡Es hora de actuar, despertemos a los líderes y juntos todos asumamos el reto!
¡Donde hay voluntad, hay un camino!
No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio, Charles Darwin
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