OPNION
Rodrigo Sánchez Delgado
La pandemia del COVID 19, ha provocado y sigue generando la adopción de medidas tendientes a evitar la propagación del virus. En Panamá estas medidas se fueron incrementando de manera paulatina, pasando de la restricción de la circulación hasta cierres de empresas y comercios.
En un principio, aunque con cautela, las obras de construcción podrían seguir ejecutándose, siempre y cuando se cumpliera con las medidas para evitar el contagio del virus. Sin embargo, el incremento de casos provocó la implementación de medidas y restricciones más drásticas.
Una de esas medias fue la suspensión temporal de las actividades de la industria de la construcción en todos los proyectos que se desarrollan en el territorio nacional. La regulación sigue vigente aun, con excepción de las obras que disponga la autoridad.
Esta suspensión no solo implica el paro de al menos 60 mil obreros, sino la paralización de una de las industrias más importantes de la economía panameña, que además de generar empleos, se constituye en un factor multiplicador, trayendo consigo el consumo de materiales, incremento de créditos, transporte y equipo pesado, así como oportunidades para pequeños emprendimientos.
Sin embargo, al igual que en otros sectores, en la construcción, se desconoce el impacto que pueda tener la paralización de una de las industrias que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB), aun cuando de acuerdo con datos de la Contraloría y de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac), el aporte del sector al producto interno bruto entre 2018 y 2019 registró una baja, pasando de $6,960 millones a $6,800 millones, a precios constantes o reales.
Pero, ahora al depender del tiempo que dure la propagación de la pandemia, resulta imposible hacer proyecciones sobre el futuro de esta industria. Es un hecho sin precedentes, que no solo ha paralizado la construcción, sino a todo el país y así mismo, ha paralizado las proyecciones de reactivación de la economía del país que adelantaba el gobierno a través del desarrollo de proyección de inversión pública que como consecuencia de la pandemia también han quedado en pausa.
Sin lugar a dudas, se necesitará del trabajo y aporte de todos, para cuando se supere la pandemia seguir adelante, reactivando todos los sectores de la economía y en este caso de la industria de la construcción.
Pero mientras ese momento llega es importante ir preparándose, se debe empezar a hacer una evaluación de cada proyecto que quedó en pausa para conocer el impacto de la paralización en cuanto al costo final de la obra, el costo de los materiales y lo que implica ampliar la fecha de entrega programada del proyecto, sin perder de vista la calidad del resultado.
Es allí donde se hace más fuerte la Gestión de Proyectos o Project Management (en inglés), que haciendo una valoración de la empresa constructora, una estimación del rendimiento de los equipos y maquinarias y de los operarios especializados, una evaluación y seguimiento del control de costos y de la calidad de los materiales, la planificación y el desarrollo de los trabajos, entre otros, permitirá tener una proyección de lo que podemos esperar sobre el proyecto que está en proceso de ejecución. Además aporta conocimiento y capacidades técnicas que permite la evaluación de las posibles incidencias derivadas de la reactivación de actividades, así como la determinación de los riesgos mas importantes a considerar por todos los agentes intervinientes en el proyecto y las medidas de mitigación de los mismos, en sintonía con la calidad, coste y plazo. Con estos el Project Manager aporta diferentes alternativas que permiten la toma de las decisiones más oportunas al promotor que garantice el cumplimiento de los objetivos de los proyectos
El Project Management ayudara la empresa o institución a mantener en control el presupuesto y los nuevos tiempos de entrega, al mismo tiempo que le ayudará a identificar los mecanismos para utilizar los materiales de construcción de la mejor manera.
Para lograr esto, el Project Management elabora un pronóstico del costo final, alineado con los objetivos del proyecto y desarrollando un proceso continuo de ingeniería de valor que permita al promotor analizar alternativas frente a las desviaciones y cambios. Además, de todo esto, asegurará de que los inversores y accionistas de las empresas para quienes trabaja queden satisfechos con el proyecto.
El Project Management es un gran aliado para el éxito de los proyectos que están en pausa y se reiniciaran después de la pandemia y los nuevos que se tenían y se tienen en planes, para que se hagan en el tiempo que se programen y con la inversión presupuestaria asignada. Esto permitirá seguir mejorando no solo la infraestructura, sino, lo más importante, la calidad de vida de los panameños.
El Autor es Expresidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos y de la Junta Técnica de Ingeniería y Arquitectura
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