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El presidente y el secretario General de FELABAN, José Manuel López Valdés y Giorgio Trettenero Castro, respectivamente, hicieron un llamado a las autoridades norteamericanas “a crear espacios permanentes de diálogo para revertir el De-risking”, que afecta la relación de corresponsalía de la banca latinoamericana.
El De-Risking son las normas asociados al cumplimiento de rígidas normas de anti lavado y contra el financiamiento al terrorismo, pero la gran cantidad de requerimientos ha generado crecientes costos de la banca regional.
López Valdés consideró que, en consecuencia, se impone la necesidad de flexibilizar la carga regulatoria, aunque sin perder los parámetros de una adecuada administración de riesgo, pues los “altos costos de cumplimiento son difíciles de asumir para los bancos medianos y pequeños.”
Los banqueros dieron las declaraciones en el acto de clausura del Diálogo Sector Público Privado-LA (PSD) en presencia de Sarah Runge, alta funcionaria del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y el liderazgo de la Federación de Banqueros Internacionales de la Florida (FIBA), así como el Comité para la Prevención del Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (COPLAFT), de FELABAN.
De acuerdo a una encuesta de la firma AlixPartners aplicada en 2017 en 361 instituciones financieras en todo el mundo, el 54% dijo esperar aumentos en los presupuestos para cumplimiento de las normas antilavado.
“En cuanto a los gastos de cumplimiento en los próximos 12 meses, el 44% de los encuestados indicaron que crecerá más del 10%, el 39% entre 11 % y 25%, el 12 % entre 26 y 50% y el 5% más del 50%”, explicó López Valdés .
López Valdés también llamó la atención sobre la continuidad del fenómeno De-risking, que afecta sensiblemente las relaciones de corresponsalía de la banca latinoamericana y ese sentido pidió crear espacios permanentes de concertación con participación de la banca y las autoridades norteamericanas y latinoamericanas, los gremios y los organismos internacionales.
Indicó que, de acuerdo con la misma encuesta, el 63% de las entidades financieras participantes dijeron que habían experimentado el De-risking de alguna forma, lo cual hace evidente la importancia de que exista una colaboración entre instituciones financieras, la cooperación con los reguladores, el intercambio de información y un diálogo abierto sobre los riesgos más relevantes. “Sólo de esa manera, pasaremos de los foros académicos y los documentos técnicos, a acciones concretas que solucionen o mitiguen el De-risking”, expresó.
Por su lado, el secretario general de FELABAN, Giorgio Trettenero Castro, reforzó la idea del diálogo permanente para encarar el fenómeno basado en “la apertura de Estados Unidos con América Latina y de Latinoamérica con los Estados Unidos.” Trettenero propuso una estandarización de los parámetros de aplicación de las reglas y regulaciones antilavado, aceptables tanto para las autoridades de los países latinoamericanos como para las de Norteamerica.
Dijo que de esa forma se lograría eficiencia, reducción de costos e incorporación efectiva de nuevas tecnologías, mitigan el De-risking al generar la confianza que necesitan los bancos de los Estados Unidos para operar las relaciones de corresponsalía.
Panamá
En el caso de Panamá a la situación regional se le suma las situaciones que se han vivido en los últimos años como la incorporación del país en la lista gris del Gafi (de la cual salió en el 2016) y los llamados Panama Paper, que afectaron principalmente las relaciones con las corresponsalías de los bancos.
En octubre de 2017, el ministro de Economía y Finanzas, Dulcidio De La Guardia, dijo que los riesgos potenciales asociados a la reducción sistemática de los servicios de corresponsalía bancaria (conocido como de-risking)− deben ser abordados de manera concertada por los actores públicos y privados así como por organismos multilaterales.
Según el titular del MEF, es fundamental que los reguladores de los bancos corresponsales en los países desarrollados aclaren las expectativas regulatorias y de supervisión a sus reguladores, que el sector privado sea impulsor de buenas prácticas y que los organismos internacionales sean facilitadores o provean servicios de corresponsalía bancaria a aquellos sectores, actividades comerciales, regiones o países que no tienen acceso al sector financiero internacional de forma eficiente y competitiva.
Las declaraciones de De La Guardia se dieron durante la reunión de Ministros de Finanzas de las Américas celebrada este miércoles en Washington, en el marco de la reunión anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.