Redacción
De acuerdo con la Superintendencia de Bancos de Panamá, el componente comercial e hipotecas están impulsando el crecimiento sostenido de la cartera crediticia en el Centro Bancario Internacional (CBI).
El crédito hipotecario (local comercial y vivienda hipotecaria) registró un incremento de 4,3%. En el caso de la vivienda hipotecaria, la banca ha venido aumentando su colocación de manera importante, registrando, al mes de agosto de 2022, un incremento interanual de 5.8% en monto colocado; el saldo de la cartera al octavo mes alcanzó un monto de US$16,669.2 millones.
Se destaca un crecimiento de 11.7% en el segmento de créditos preferenciales, frente a los no preferenciales, que aumentaron en este periodo un 1.3%. Lo anterior, implica que el desempeño del mercado de vivienda descansa de manera importante sobre el régimen de subsidios.
La entidad indicó que la cartera crediticia total neta de provisiones de los bancos alcanzó un saldo total de US$81,257 millones, lo que representó un crecimiento de US$9,229 millones en términos anuales, es decir, un 12, 8% con relación al mismo periodo del año anterior. Otro de los rubros que impulsa este crecimiento es el crédito otorgado al sector externo que aumentó un 33.9%
En referencia a la cartera crediticia local, se registró un saldo de US$57,164.9 millones para el mes de agosto, lo cual indica un incremento interanual de USD 2,718.1 millones o 5 %.
Por su lado, el flujo de créditos nuevos otorgados, en el periodo de enero a agosto de 2022, aumentó un 58% comparado con el año pasado.
Con relación al renglón de utilidades netas, se muestra un total de US$1,258.3 millones, lo que representa US$423.3 millones más que igual fecha de 2021 y un crecimiento de 50.7% interanual. Con este resultado, la utilidad neta de la banca consolidaría niveles muy cercanos al período previo a la pandemia.
Por el lado de la cartera modificada, se muestra que para al mes de agosto de 2022, alcanza una cifra de US$3,412 millones. Lo anterior representó una reducción de 75.2%, respecto al mismo periodo del año anterior. Los componentes de mayor riesgo de esta cartera, es decir, las de modificado dudoso y modificado irrecuperable, en conjunto ascienden a US$993 millones, siendo la primera vez que ésta se sitúa por debajo de los US$1,000 millones.