Alma Solís
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Durante enero de 2022, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) en Panamá registró una tasa de variación positiva de 11.67%, comparado con el mismo mes del año anterior, de acuerdo con la información preliminar compilada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
Esto indica que la actividad de enero fue menor que los últimos cinco meses, pero mucho mejor que el -12% que se obtuvo en el mismo mes, pero de 2021. De hecho ha sido el mejor arranque en la economía panameña, al menos desde el 2018, si se observan que enero de 2018 el IMAE era de 4,34%, en el 2019 fue de 3,58%, mientras que el 2020 fue de 4,19%. (No se descarta aun el rebote de la economía panameña que decreció en 17% en el 2020)
La Contraloría atribuye esta cifra a que a recuperación de la actividad económica continúa, luego del impacto de la emergencia sanitaria por el COVID-19. El buen desempeño se ve influenciado por el crecimiento de las siguientes actividades económicas: Otras actividades comunitarias, sociales y personales de servicios, Comercio, Construcción, Hoteles y restaurantes, Industrias manufactureras, Electricidad y agua, Transporte, almacenamiento y comunicaciones, Administración pública, Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler.
Mientras que los sectores que mostraron variaciones negativas fueron: Explotación de minas, Servicio de educación privada, Hogares privados con servicios domésticos, Pesca, y Servicios de salud privada.
También indicaron que la prestación de servicios de diversión y esparcimiento registró resultados favorables, por el aumento en los ingresos provenientes de apuestas brutas en salas de juegos de suerte y azar, principalmente las mesas de juegos y máquinas tragamonedas tipo A, salas de apuestas de eventos deportivos y las actividades hípicas.
La actividad comercial mostró variación positiva, por el crecimiento de indicadores asociados, como: La reexportación en la Zona Libre de Colón, la comercialización de vehículos nuevos y la venta de combustible para consumo nacional.
La construcción, principalmente la ejecución de inversiones públicas en obras de infraestructura y proyectos de viviendas sociales. Igualmente, la reactivación gradual de proyectos privados. Algunos indicadores vinculados a la actividad como la producción de cemento y concreto premezclado también mostraron desempeños positivos.
Los servicios en hoteles y restaurantes mejoraron sus niveles, debido al mayor aforo permitido en los locales de consumo de alimentos y bebidas.
La producción industrial manufacturera en algunas actividades relacionadas a la elaboración de productos alimenticios como la producción de carne vacuna, porcina y aves, registraron aumentos.
Igualmente, la categoría Electricidad y agua mostró un nivel positivo, principalmente en la generación de electricidad térmica.
El conjunto de los servicios de Transporte, almacenamiento y comunicaciones mostró tasa positiva, atribuible al movimiento comercial en la Zona Libre de Colón, las telecomunicaciones y los ingresos por peajes del canal.
Entre las actividades que mostraron tasas negativas, estuvieron:
La industria minera registró un comportamiento negativo por la baja exportación de mineral de cobre y su concentrado.
La actividad pesquera debido a la menor captura de algunas especies orientadas a la exportación, tales como: El pescado y el filete y otros productos del mar; sin embargo, se reflejó una mayor captura de camarón.
Igualmente, disminuyeron la contratación del servicio doméstico en los hogares privados y la matrícula en el servicio de educación privada.