Alma Solís
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se espera para Panamá un crecimiento de 6,1% para el cierre de este año y de 4,2% esto a pesar de algunos desafíos que enfrenta el país relacionados a temas fiscales y la sequía prolongada que ha afectado al Canal de Panamá.
De hecho el secretario ejecutivo de la comisión regional de las Naciones Unidas, José Manuel Salazar-Xirinachs,ante la consulta de medios de comunicación que países destacan en la región por hacer las cosas bien mencionó primero Panamá seguido de Costa Rica.
Esta proyección de crecimiento se distancia de las que han señalado las calificadoras de riesgo y de algunas firmas y economistas locales, que ven a Panamá creciendo un 4% este año y hasta cercano al 1% para el 2024, esta última el caso de Indesa.
La región
Según el informe en promedio América Latina y el Caribe crecerá 2,2% en 2023 y 1,9% en 2024, lo que implica una desaceleración del crecimiento regional respecto a los niveles observados en 2022. Pese a que todas las subregiones mostrarán un menor crecimiento en 2023 con respecto a 2022, el informe destaca la heterogeneidad que existe entre los países de la región. Así, América del Sur crecería un 1,5% (3,8% en 2022); el grupo conformado por Centroamérica y México, un 3,5% (4,1% en 2022), mientras que el Caribe (sin incluir Guyana), crecería un 3,4% (6,4% en 2022).
Para 2024, en tanto, se espera que la región mantenga la dinámica de bajo crecimiento y todas las subregiones crecerán menos que en 2023: América del Sur crecería un 1,4%; Centroamérica y México, un 2,7%, y el Caribe, un 2,6% (sin incluir Guyana).
Cepal dijo que estas proyecciones reflejan, por una parte, el bajo dinamismo del crecimiento económico y comercio global lo que se traduce en un limitado impulso desde la economía mundial. Aunque la inflación ha disminuido, las tasas de interés de las principales economías desarrolladas no se han reducido, por lo que los costos de financiamiento se han mantenido en niveles elevados todo el año y se espera que continúen así durante los próximos años.
Por otra parte, destacan el bajo crecimiento también responde al limitado espacio interno de la política fiscal y monetaria, que enfrentan los países de la región. En este sentido, se resalta que los niveles de deuda pública, si bien se han reducido, son aún elevados, lo que, sumado al aumento del costo del financiamiento, restringe el espacio fiscal. En el ámbito monetario, la inflación continúa a la baja en la región, pero la política monetaria mantiene todavía un sesgo restrictivo, debido a los efectos que la reducción de tasas podría tener sobre los flujos de capital y el tipo de cambio, considerando que, en los países desarrollados, se mantienen todavía vigentes las altas tasas de interés.
En 2023 se espera que la inflación mediana de la región termine el año en 3,8%, muy inferior al 8,2% anotado en 2022. En 2024 la caída continuará y se prevé que la mediana de la tasa de inflación regional será de 3,2%, según muestra el informe.