Alma Solís
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El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su declaración final luego de concluida la vista a Panamá indicó que el país necesita vigorizar su productividad y competitividad, al igual que mejorar sus resultados sociales, salir de la lista gris del GAFI mediante el fortalecimiento de las políticas anti-blanqueo de capitales y de combate al financiamiento del terrorismo (AML/CFT, por sus siglas en inglés), mejorar la transparencia tributaria.
De acuerdo con el organismo estas serán acciones fundamentales para que Panamá mantenga su sitio como centro financiero regional, luego de pasar al menos dos semanas reunidos con diferentes autoridades y representantes del sector privado.
Para el Fondo los principales riesgos internos para el crecimiento están relacionados con contratiempos para salir de la lista gris del GAFI y con no rebasar el techo del déficit conforme a la LRFS.
El documento afirma que después de una desaceleración temporal en 2018-19, la economía apunta a una recuperación en 2020 y seguirá estando entre las más dinámicas de América Latina. «El panorama es positivo; sin embargo, las autoridades deben estar conscientes de los riesgos para el crecimiento provenientes de factores internos y externos»
El crecimiento de Panamá que estaba proyectado al inicio del 2019 que crecería entre 5% a 6%, estaría a penas alcanzando un 4% de cumplirse los pronósticos más optimistas.
También el FMI le dio una espaldarazo a la nueva administración señalando que la estrategia del nuevo gobierno debe tener como objetivo preservar la ventaja competitiva de Panamá como un destino atractivo para los negocios y al mismo tiempo concentrarse en las prioridades sociales para garantizar un crecimiento sostenible e incluyente.
El tema fiscal fue otro punto a destacar, y el equipo de analistas liderado por Alejandro Santos piensa que «será cada vez más importante reforzar la disciplina fiscal ante una mayor deuda y menores recaudaciones con el fin de garantizar tanto la sostenibilidad de la deuda pública como la credibilidad de la política fiscal».
El déficit general del sector público no financiero (SPNF) alcanzó el 3.1% del PIB en 2019 (contra 3.2% del PIB en 2018) debido a una menor recaudación y a una ejecución acelerada del gasto por parte de la administración saliente, lo cual requirió un ajuste del gasto en la segunda mitad del 2019.
«El déficit fiscal para 2019 estuvo por debajo del límite de 3½ por ciento establecido en la ley modificada de responsabilidad fiscal y social (LRFS). Sin embargo, el relativamente alto déficit sumado a operaciones de pre-financiamiento y el pago de los atrasados acumulados por un monto que supera el 2 por ciento del PIB, dio lugar a un aumento de la carga de la deuda de la Administración Central panameña a aproximadamente 46 por ciento del PIB a fines de 2019, aunque la cifra neta está cerca del 40» quedó plasmado en la nota final del organismo.
Agregaron que dada la importancia del sistema financiero en la economía panameña, las autoridades deben continuar afianzando la evaluación de riesgo sistémico, la supervisión basada en riesgos e instrumentar marcos robustos de política macro prudencial y de manejo de crisis.
La situación del agua en Panamá y el efecto del cambio climático se vieron reflejadas or último, ante un escenario de una creciente demanda de agua y la volatilidad climática, Panamá necesita priorizar la gestión eficiente del recurso. La economía está repuntando luego de una desaceleración temporal Actividad más débil en 2019.
Recordemos que el pasado 15 de febrero la Autoridad del Canal de Panamá, inició un cobro por agua dulce a los barcos que transitan en esta ruta, debido a que el nivel de los lagos de los que se alimenta la operación están en sus niveles más bajos históricamente.
El Canal de Panamá es el eje del sector logístico panameño, industria que concentra más del 30% de la economía panameña, y que genera al Estados ingresos por más de US$1,700 millones anualmente en utilidades.
FMI concluye visita a Panamá y espera un crecimiento de 4,8% para el 2020
Finalmente el organismo internacional proyecta que el crecimiento en la producción se recupere a 4.8% en 2020, apoyado en la producción de cobre a gran escala y una «robusta inversión privada». Se espera que en el mediano plazo el crecimiento se estabilice a su tasa anual potencial de 5 por ciento. También se prevé que la inflación aumente hasta 1 por ciento en 2020 (comparada con el año anterior) gracias a la aceleración de la actividad económica y que se estabilice en un aumento de 2 por ciento (en términos anuales) en el mediano plazo.
Cita que los principales riesgos internos para el crecimiento están relacionados con contratiempos para salir de la lista gris del GAFI y con no rebasar el techo del déficit conforme a la LRFS. «Estos riesgos podrían exponer a Panamá a daños reputacionales y con ello reducir su competitividad y desgastar la credibilidad política del nuevo gobierno».
La continua sobreoferta en el mercado inmobiliario local podría afectar negativamente la estabilidad financiera y la economía real si hubiera una corrección en los precios y aumentara la cartera vencida. Las tensiones sociales podrían perturbar la actividad económica y ocasionar un traspié en las políticas públicas. Del lado positivo, las exportaciones de cobre podrían ser más importantes de lo previsto. Entre los riesgos externos, los más relevantes son una desaceleración en la actividad del Canal, un crecimiento global más débil de lo esperado, mayores tensiones comerciales, la propagación del coronavirus y una erosión en la competitividad a causa de la apreciación del dólar estadounidense.