Alma Solís
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La empresa calificadora de riesgo reaccionó ante el anuncio de la extensión de la moratoria a los préstamos bancarios señalando que de esta forma no se podrá conocer el estado real del deterioro de las carteras.-
El 22 de octubre, la Superintendencia de Bancos de Panamá, anunció una extensión de seis meses hasta junio de 2021 de un programa de aplazamiento de pago de préstamos que terminaría en diciembre de este año, que ahora se extiende a junio de 2021.
«La extensión tiene como objetivo ayudar a los prestatarios bancarios afectados por la crisis de COVID-19 y la severa desaceleración económica de Panamá a pagar sus préstamos, dándoles más tiempo para recuperar sus flujos de efectivo. Sin embargo, esto es crediticio negativo para los bancos porque también genera incertidumbres sobre la calidad de los activos de los bancos, la rentabilidad y su capitalización como resultado de la crisis» dijo la calificadora
Añadieron que el período de aplazamiento más largo se aplica a los prestatarios con hipotecas residenciales, préstamos para automóviles, tarjetas de crédito, préstamos personales, así como préstamos para pequeñas y medianas empresas (PYME) y préstamos corporativos.
Admitieron que en general, el sistema bancario panameño está relativamente bien posicionado para manejar el potencial deterioro de su situación financiera. A junio de 2020, la tasa de morosidad del sistema era de 2.1%, por debajo del promedio de 2.7% para los bancos latinoamericanos calificados por Moody’s, pero por encima del 1.4% reportado en diciembre de 2017.
Además, la relación de los bancos entre las reservas para insolvencias y los préstamos brutos aumentó a 2,4% desde el 1,2% a diciembre de 2017. Indicaron que la cobertura de reservas para insolvencias del sistema (la relación entre las reservas para insolvencias y los préstamos en mora) aumentó a 120% de 80% a diciembre de 2017.
Al 29 de octubre, el saldo de préstamos modificados era US$24, 8 millones para un total de 806 mil préstamos.