Redacción SNIP
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“Nos encontramos en punto crítico; es importante brindar un mensaje muy claro de qué se requiere de verdad para alcanzar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la región”, señaló la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) durante la última jornada de la tercera reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible.
La alta funcionaria del organismo de las Naciones Unidas realizó una presentación en la que examinó el grado de avance de los países de la región en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la hoja de ruta que los gobiernos del mundo aprobaron en 2015 para acabar con la pobreza, el hambre y brindar mayor bienestar a todos los ciudadanos hacia el año 2030.
El análisis presentado por Bárcena incluyó proyecciones al 2030 de 20 indicadores de avance en 15 de los ODS en América Latina y el Caribe. Aquí se encontraron cinco dinámicas de las tendencias regionales. En primer lugar, ya se alcanzó la meta en la reducción de la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años al menos a 25 por cada 1.000 nacidos vivos (meta 3.2). Segundo, se aprecia una tendencia correcta en el porcentaje de personas que usan internet (meta 17.8). Sin embargo, no se alcanzará la meta de lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos (meta 6.1).
“Sabemos a dónde queremos ir, pero se nos ha dificultado la implementación. Hay varios aspectos pendientes, como lograr una mayor apropiación de la Agenda 2030 por parte de actores económicos y sociales, encontrar nuevos motores de crecimiento, mejorar los resultados distributivos, su financiamiento, cerrar brechas tecnológicas y cambiar la conversación con la sociedad civil y el sector privado. El mayor riesgo es que pasemos del peak de indiferencia a la parálisis”, señaló Alicia Bárcena.
Por otro lado, la tendencia en el acceso a la educación secundaria no es suficiente para que todos los niños y niñas culminen el nivel oportunamente en el 2030 (meta 4.1) y se frenó la tendencia positiva en la baja en el porcentaje de la prevalencia de la subalimentación (meta 2.1). En tanto, el desempeño económico y distributivo reciente es insuficiente para eliminar la pobreza extrema: en los últimos 10 años, el PIB de América Latina ha crecido a menos del 2% anual (1,7%). Por su parte, el coeficiente de Gini -que mide la distribución del ingreso- se redujo 0,9% anual en un período de 10 años. No obstante, en los últimos 3 años el ritmo de reducción fue de solo 0,6% anual.
“Reducir la pobreza a la mitad requiere mayor crecimiento y mejor distribución. Tenemos que crecer, y desde luego mejorar los escenarios redistributivos. Si no hay mayor igualdad va a ser muy difícil alcanzar las metas de pobreza”, enfatizó Bárcena.
Explicó que se debe buscar una estrategia para cooperar en temas que superan los espacios nacionales, acordar nuevos enfoques frente a la desigualdad, la crisis ambiental, migraciones, revolución tecnológica y reducción de los conflictos, que exigen nuevas formas de cooperación multilateral. Asimismo, es necesario coordinar las políticas macroeconómicas y fiscales. “En suma, un multilateralismo que fortalezca la democracia es una respuesta compatible con la Agenda 2030, los ODS y el Acuerdo de París”, dijo.