Alma Solís
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En un informe de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) se advierte que una posible pérdida del grado de inversión de Panamá, producto del deterioro de los indicadores económicos y sociales, podría causar un impacto del encarecimiento de los fondos que se recibirían del exterior, así como una reducción de la inversión externa directa.
El documento señala que el Impacto económico y financiero al Sistema Bancario Nacional por la posible pérdida del grado de inversión, ante la ausencia de un banco central, la economía panameña recibe dinero del exterior, a través de diversas formas. «No sólo producto de las actividades económicas, como lo son las exportaciones de productos y servicios, peajes del canal, sino también de la inversión extranjera directa y el financiamiento externo».
Indican que el financiamiento externo no sólo se encarecería, sino también podría reducirse ya que, al ser más costoso, se solicitarían montos menores.
El financiamiento puede ser solicitado por el gobierno o por empresas privadas, entre ellas, los bancos. Al disminuir el monto de financiamiento que se recibiría, se reducirían las inversiones gubernamentales. Esto por un lado impactaría en el desempleo y, por el otro, en el dinero que circularía en la economía. El financiamiento recibido por parte de los bancos, al ser más costoso, podría darse un racionamiento de este.
Desempleo y morosidad
Explicaron que esto provocará que el costo que sería transferido a los clientes. Las empresas que no reciban financiamiento disminuirán sus operaciones, por lo cual requerirían menos personal. Y como ya se mencionó afectaría el nivel de empleo y el dinero circulante en la economía. Estos dos componentes, el incremento del desempleo y la menor cantidad de dinero en poder de las personas, traería como consecuencia el incremento de la morosidad de las carteras de préstamos.
El análisis afirma que los posibles impactos en las operaciones del CBI dada una rebaja en la calificación de riesgo del país (asumiendo que esta fuera inminente), pudiera tener efectos en el sistema financiero y definitivamente, en el ámbito económico con afectación en el precio de los títulos del Estado, llámese bonos del tesoro, letras o notas.
«Destacamos que el costo para la economía de perder el grado de inversión va más allá del aumento en las tasas de los bonos de deuda y la prima de riesgo, ya que la pérdida del grado de inversión de un país como Panamá tendría consecuencias significativas para el sistema bancario» dice el regulador bancario.
Explicaron que en primer lugar, las instituciones financieras enfrentarían costos de financiamiento más elevados debido al incremento en las de primas (vía obligaciones), lo que a su vez se traduciría en condiciones de crédito más restrictivas para empresas y particulares. Además, el riesgo percibido más alto podría resultar en una disminución en la disponibilidad de líneas de crédito externas para los bancos, limitando su capacidad para prestar.
«Todo esto, combinado con un posible deterioro en la calidad de sus activos debido a un entorno económico menos favorable, podría afectar la solidez y estabilidad del sistema bancario panameño, en su conjunto».
Panamá está en el último escalón del grado de inversión en las tres calificadoras de riesgo, Moodys, S&P y Fitch.
Más recientemente el calificador de Moodys en un evento en Apede dijo que observan un debilitamiento en la fortalezas fiscales actual y a futuro.
Explicaron que Panamá ha perdido fortaleza fiscal y se más débil fiscalmente que sus pares (países con la misma calificación) por una serie de temas como ciertas debilidades institucionales y de gobernanza, entre estos el aumento en las transferencias y la situación del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social.