Ricardo Zubieta Arias
Durante la crisis de los injustamente llamados Panama Papers, mientras me desempeñaba como Jefe de Gabinete del Ministerio de Economía y Finanzas, uno de los mayores retos que sabíamos íbamos a enfrentar fue el daño reputacional.
Aunque los detalles no son relevantes en este contexto, en ese momento debimos haber contratado una empresa de prestigio internacional para manejar la crisis y establecer una campaña de relaciones públicas, especialmente en Europa. En lugar de ello, se contrató una empresa de Estados Unidos que no tenía el músculo ni la experiencia necesarios para tratar una crisis de tal magnitud. Si bien éramos conscientes del impacto en el negocio de las sociedades anónimas, se subestimó daño reputacional a largo plazo que esta crisis tendría en la imagen global de Panamá. Lamentablemente, seguimos sufriendo los efectos negativos de esa decisión y desde entonces no se ha hecho nada por recuperar nuestra imagen.
Durante su discurso de proclamación, fue alentador escuchar la propuesta del ahora Presidente de Panamá, José Raúl Mulino, de establecer una embajada en Europa similar a la que tenemos en Estados Unidos. Una embajada que no solo se ocupe de temas diplomáticos, sino también de asuntos comerciales y políticos.
Es por ello que, humilde y respetuosamente, expreso a continuación las razones por las que considero que se debe elegir París, y no Bruselas, sede del Consejo y de la Comisión Europeos, como nuestra principal sede diplomática en Europa.
¿Por qué París?
París alberga la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Estas organizaciones tienen una influencia significativa en la percepción y políticas económicas globales, y Panamá necesita estar en una posición estratégica para interactuar directamente con ellas. Además, Francia ha sido particularmente crítica con Panamá a nivel internacional. Tener una embajada fuerte en París permitiría a Panamá responder más eficazmente a estas críticas y trabajar para mejorar nuestra imagen.
Objetivos de la Nueva Embajada
1. Coordinación Comercial: No es realista pensar que todas las Embajadas y Consulados van a tener capacidades comerciales. Pero sí podemos tener unas cuantas especializadas en estos temas, que a su vez coordinen estas actividades con sus países vecinos. La embajada en París podría coordinar los esfuerzos comerciales de Panamá en Europa, trabajando en conjunto con otras embajadas y consulados europeos. Esto sería vital para fortalecer nuestras relaciones comerciales y abrir nuevas oportunidades de negocio.
2. Relaciones Públicas: Una de las tareas más importantes de esta embajada debería ser la gestión de una campaña de Relaciones Públicas internacional. Contratar una empresa de primer orden para llevar a cabo esta campaña sería esencial. Esta campaña no solo debería enfocarse en reparar el daño reputacional causado por los Panama Papers, sino también en promover una imagen positiva de Panamá como un país moderno, transparente y comprometido con las mejores prácticas internacionales.
3. Interacción con OCDE y GAFI: Estar en París facilitaría el diálogo continuo con estas organizaciones. Podríamos tener una presencia activa en sus reuniones y trabajar directamente con sus líderes en los distintos comités para asegurar que nuestras reformas y esfuerzos sean reconocidos y valorados. De hecho, sería recomendable tener cada vez más panameños trabajando dentro de estas organizaciones.
4. Respuesta a Críticas Internacionales: Una embajada robusta en París nos permitiría responder rápidamente y de manera efectiva a cualquier crítica que surja. Podríamos organizar eventos, conferencias de prensa y reuniones para clarificar malentendidos y presentar pruebas de nuestros progresos y compromisos.
La percepción es fundamental en las relaciones internacionales. Un país con una buena reputación atrae más inversiones, turistas y aliados. Panamá necesita reconstruir su imagen en Europa, y no hay mejor lugar para empezar que en París. Fortalecer nuestra embajada allí no solo nos permitirá manejar mejor las relaciones diplomáticas, sino también impulsar nuestras relaciones comerciales y políticas a un nuevo nivel.
El autor Ricardo Zubieta Arias es representante de Empresas Extranjeras en Panamá rzubieta@limestonegroup.biz
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