Alma Solis
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El proyecto para la de construcción de una terminal petrolera en Isla Boná, ubicada en el Pacífico panameño, mantiene preocupados a los hoteleros del país porque consideran que pone en riesgo las inversiones turísticas en el área del Pacífico panameño y el medio ambiente. Isla Boná es considerada como un santuario de aves marinas.
En una conferencia de prensa, Armando Rodriguez presidente de la Asociación de Hoteles de Panamá dijo que se debe hacer un alto en este proyecto y reconsiderar la medida, porque las afectaciones que se registrarán en inversiones turísticas y residenciales ya establecidas serían latentes de presentarse accidentes por derrama de combustible y situaciones similares.
Recalcó que la decisión es inconsulta y que la misma debe ser reconsiderada porque el proyecto es incompatible con la intención manifiesta de proteger dicha zona turística y residencial y coloca en peligro la existencia de más de diez mil empleos directos.
El proyecto de Isla Boná autorizado por el Gobierno Nacional establece el arrendamiento durante 20 años de 34 hectáreas de la isla a la empresa Bona Pacific Corp (BPC) para la construcción y operación de una terminal petrolera de alto calado, que requiere una inversión de 260 millones de dólares. La terminal abastecería de combustible a los miles de buques que usan el canal interoceánico, por el que pasa el 6 % del comercio mundial y se conectan más de 1.700 puertos en 160 países.
Rodríguez señaló que como gremio garante de la inversión turística en Panamá, se hace del conocimiento que, paralelo al daño ecológico directo e irreversible sobre Isla Boná, supone una amenaza permanente e irreparable al medio ambiente en caso de accidentes por su proximidad a desarrollos turísticos y residenciales establecidos en Playa Bonita, Punta Chame, Coronado, San Carlos, Río Hato y Antón.
Agregó que no habiendo transcurrido un año desde el lanzamiento de la campaña en pro de la llamada “Riviera Pacífica” por parte del Gobierno Nacional, consideramos que este proyecto es incompatible con la intención manifiesta de proteger dicha zona turística y residencial, y coloca en peligro la existencia de más de diez mil empleos directos.
La obra incluye la construcción de un muelle flotante de 50 metros, un helipuerto y ocho tanques con una capacidad de 100.000 barriles de petróleo cada uno, según detalla la empresa en su página web. De acuerdo con el contrato de arrendamiento, una vez sea refrendado, la empresa deberá iniciar el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente sobre las viabilidades técnicas del proyecto, e iniciar los trámites legales y administrativos ante la Secretaría Nacional de Energía y la Autoridad Marítima de Panamá para lograr las concesiones necesarias que guardan relación directa con el objeto y finalidad del contrato.
A pesar de las preocupaciones del sector privado , según Rodriguez, no han tenido acercamientos con el gobierno para tratar de llegar a un acuerdo.