Alma Solís
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Según el más reciente informe de Moody’s Ratings el sector bancario en Panamá enfrenta presiones sobre sus márgenes de interés debido a la competencia interna y las altas tasas de financiamiento globales. Aunque se espera que las tasas de interés globales disminuyan hacia finales de 2025, los bancos seguirán enfrentando altos costos de fondos en el corto plazo, lo que afectará tanto a sus márgenes como a las tasas de préstamos para los clientes. Los consumidores podrían experimentar costos elevados para financiarse, aunque la reducción de tasas a nivel global podría aliviar esta situación hacia el próximo año, mejorando la accesibilidad al crédito.
Uno de los principales factores detrás de esta presión es la desaceleración en la adaptación de los depósitos a las tasas de interés. Mientras que los préstamos interbancarios y otras fuentes de financiamiento en el mercado se ajustan más rápido, los bancos en Panamá continuarán enfrentando altos costos por los fondos que obtienen, lo que mantendrá sus márgenes de interés bajo presión. Además, aunque la Reserva Federal de EE.UU. podría reducir sus tasas, la lenta respuesta de las tasas locales mantendrá altos los costos de financiamiento para los bancos panameños al menos durante los próximos 12 meses.
Sin embargo, a pesar de este contexto desafiante, se esperan efectos positivos en la calidad de los préstamos a medida que las tasas de interés globales comiencen a bajar en 2025. La reducción de las tasas será beneficiosa especialmente para los préstamos corporativos, mejorando la capacidad de los prestatarios para cumplir con sus obligaciones y ayudando a estabilizar la calidad general de los préstamos. En particular, los préstamos corporativos y de consumo podrían experimentar una mejora en los pagos de deuda, lo que favorecerá la salud financiera de las entidades bancarias.
No obstante, algunos bancos, especialmente los que tienen exposición significativa a sectores como la construcción y el mercado inmobiliario, seguirán enfrentando dificultades debido a la morosidad persistente. Aunque las tasas más bajas podrían impulsar un aumento en los refinanciamientos, la recuperación de estos sectores sigue siendo incierta debido a la complejidad de los procesos judiciales y la persistente dificultad de muchos prestatarios para estabilizar sus pagos tras la crisis de la pandemia.
Por otro lado, el informe dice que en este entorno competitivo sigue siendo un desafío para los bancos de tamaño mediano, como Banistmo y Global Bank, quienes han enfrentado márgenes más bajos debido a su alta dependencia de fuentes de financiamiento más costosas. Mientras tanto, grandes bancos como Banco General y Banco Nacional de Panamá han mantenido márgenes más sólidos, gracias a su capacidad para aprovechar depósitos más baratos y una mayor diversificación en sus carteras de crédito.
Agrega que con un crecimiento económico proyectado de 4% para 2025, se espera que las condiciones operativas de los bancos mejoren gradualmente, especialmente en sectores clave como el inmobiliario y comercial. Esto, sumado a la expectativa de tasas más bajas, podría aliviar las tensiones de los prestatarios y mejorar la calidad de los préstamos en general.
Para Moodys el panorama de consolidación en el sector bancario es otro tema relevante. Desde 2012, el número de bancos en Panamá ha disminuido significativamente, y se espera que las fusiones y adquisiciones continúen en los próximos años, particularmente entre bancos medianos y grandes. Esta consolidación podría traer mayores eficiencias operativas, aunque los beneficios dependerán de cómo se logren las sinergias entre las entidades fusionadas.
En resumen, aunque los bancos de Panamá enfrentan presiones por los altos costos de financiamiento y los márgenes comprimidos, las expectativas son positivas para los próximos años, con una mejora gradual en la calidad de los préstamos y un entorno más favorable en 2025. La consolidación será un tema importante en el futuro cercano, ya que los bancos buscan adaptarse a un mercado más competitivo y a un entorno económico que lentamente se va recuperando.